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Lanchares está listo para soltar a sus zamarrones Monday, 13 February 2023


Los vecinos ultiman los detalles del carnaval de Campoo de Yuso, que este sábado se estrena como Fiesta de Interés Turístico Regional


Es sábado por la tarde y el teleclub de la pequeña localidad de Lanchares en Campoo de Yuso está a tope de vecinos: mujeres, hombres y niños que se afanan por dar los últimos retoques a los trajes y caretas que han de llevar los personajes de la ancestral mascarada del pueblo. Un carnaval con raíces prerrománicas que sólo las restricciones de la pandemia lograron paralizar en 2021, ya que «no ha dejado nunca de celebrarse», afirman, ni siquiera en los tiempos en que los rituales paganos estuvieron prohibidos. En esta ocasión los conocidos zamarrones de Lanchares saldrán a desfilar con sus característicos gorros, pieles y campanos el próximo 18 de febrero y lo harán ya estrenando su flamante título como Fiesta de Interés Turístico Regional, concedido el pasado verano.

Atusando pieles, cosiendo trajes, pegando hojas, sacando brillo a los campanos y elaborando las máscaras de los zamarrones y el resto de la comparsa. Cada personaje tiene lo suyo en el particular carnaval de Lanchares, cuya característica principal es que simboliza «la unión de todo un pueblo» en torno a una tradición. Así lo destaca Fernando Ruiz, que es el presidente de la Asociación Cultural Zamarrones de Lanchares creada en 2019 al objeto de «recuperar, mantener y transmitir» la ancestral mascarada. Y vaya si lo han conseguido ya que este año estrenan el título de Fiesta de Interés Turística Regional, pero eso no es lo que más importa. «Nuestra única intención es que se siga manteniendo la fiesta y que los niños tengan una tradición por la que juntarse», refleja su presidente.

La pequeña Irene Suárez prepara su traje de flores del pantano
La pequeña Irene Suárez prepara su traje de flores del pantano F. Ruiz

Desde la pasada Navidad, cuatro mujeres del pueblo se juntan «todos los días» en el teleclub para recoser los trajes y hacer disfraces y caretas nuevas. A ellas se les suman ya los fines de semana el resto de vecinos que aportan su granito de arena a la causa. Cori Gutiérrez es una de esas vecinas que tiran de la fiesta que han vivido con ilusión toda la vida. También es una orgullosa abuela de sesenta años que va a ver cómo su nieto sigue la estela. «Para mí significa mucho que él participe, es un honor y un orgullo que continúe y no se pierda cosas que se han vivido en el pueblo», relata. Ella es una de esas cuatro mujeres que trabaja a diario para que todo esté perfecto. «Antes nos vestíamos con cosas que teníamos en casa y trapos viejos, ahora está cogiendo mucho realce», comenta por el carnaval.

En el mismo salón del teleclub está Irene Suárez, una joven vecina de siete años que ya forma parte del acervo del pueblo y su carnaval. Participa junto a su abuela Marisol y afirma que le hace mucha «ilusión» encargarse de los preparativos. «Voy a ir vestida de flores del pantano, es un traje nuevo», repite con entusiasmo mientras pega las hojas que lucirá el día de la mascarada.

El elemento principal de los carnavales de Lanchares son sus zamarrones. «Todos van con pieles, gorros, campanos y de blanco, el único que va de negro es el zamarrón mayor», explica Fernando Ruiz. A estos personajes le siguen otros singulares que se han ido creando a lo largo de los años, como los que representan al clero o la guardia civil, que antaño trataron muchas veces de impedir un carnaval que los vecinos mantuvieron contra viento y marea. «Este año hay una novedad y es que la guardia civil saldrá con caballo», explican.

Son más de una veintena de personajes que recorren las 35 casas habitadas del pueblo, puerta a puerta, para recoger el aguinaldo que luego cenarán. La copla y la sátira se respira en los propios trajes y personajes que, al igual que otros carnavales similares, tiene también disfraces que simbolizan la naturaleza como ‘los enramados’. El cestero y su burro es otro personaje principal, puesto que es el encargado de recoger las viandas de la merienda cena. A él le siguen otras caracterizaciones como la vieja y el viejo travestidos, el señorito y las damas, el dentista, el médico.

Al final se trata de hacer «vecindad» y no perder nunca ese espíritu de unión que tiene el pueblo, explica su presidente que añade que la asociación tiene en mente otro proyecto importante como es el de conseguir fundar la «casa de los zamarrones», una especie de museo «que serviría tanto para guardar como para exhibir los trajes, a la vez que un sitio donde sentarnos a trabajar ya que ahora lo hacemos en el teleclub», explica.

Con ese sentir de unión y buena vecindad saldrán los zamarrones a pedir el aguinaldo este sábado 18 de febrero. Lo harán a partir de las 16.30 horas, y recorrerán, una por una, las casas de todo el pueblo para luego cenar todos juntos a las 20.00 horas. Participarán también las pandereteras de Campoo de Yuso.

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