La hilera de coches se extiende desde la rotonda de Los Rotarios hasta prácticamente la salida de la ciudad hacia la autovía A-67. Si han pasado por la Avenida de Bilbao en las últimas horas han sido testigos o, peor, víctimas, del caos circulatorio que, debido a las obras del nudo de Torrelavega en la autovía , se ha generado en todo este entorno de Sierrapando. El alcalde, Javier López Estrada, atribuye estas retenciones a un «error de señalización» del Ministerio de Transportes –responsable de dichas obras–, por haber modificado las indicaciones de la autovía en dirección a Palencia y generado la confusión entre unos conductores que, al no ver dichas señales, optan por el carril de entrada a Torrelavega para no continuar avanzando hacia Bilbao.

Las retenciones, que han sido un auténtico dolor de cabeza para decenas de conductores durante toda la jornada, deberían tener las horas contadas, eso sí. Al menos esa es la previsión fijada por el regidor, que se ha encargado este jueves de hacer el recorrido en primera persona, conocer el alcance del asunto, sus causas y transmitir la incidencia al Ministerio para que ponga un remedio de manera «inmediata». Entre tanto, los trabajos para ejecutar este megaproyecto en el nudo de Torrelavega siguen su curso y revelando un retraso evidente. A día de hoy, las obras de la autovía para la construcción del ramal de continuidad Sierrapando-Barreda y la mejora de los enlaces de Sierrapando, Barreda y Torrelavega ya acumulan un año y medio de retraso. Y todavía queda.

El inicio de las labores se remonta a agosto de 2018. Aquel verano, las máquinas comenzaron a materializar una histórica reivindicación en pos de un tráfico fluido en este cuello de botella –entre la Autovía del Cantábrico y la de la Meseta–, por el que, de media, circulan unos 75.000 vehículos a diario. Los trabajos empezaron con un plazo de ejecución de 40 meses (tres años y cuatro meses) y un presupuesto de 118,3 millones; hoy, casi cinco años después, continúan.