Nuevos cambios en Unicaja Banco. Manuel Azuaga, presidente no ejecutivo, dejará en los próximos meses la entidad cuyas riendas tomó en 2016, primero como presidente ejecutivo, sucediendo a Braulio Medel, y desde septiembre de este mismo año como presidente sin funciones ejecutivas. Entre una fecha y otra se han producido cambios estructurales en el banco, como la salida a Bolsa, la fusión con Liberbank y la crisis institucional abierta por las polémicas generadas en la Fundación Unicaja, principal accionista, durante el mandato de Medel. Ahora, superados los vaivenes que hicieron tambalear los cimientos de la entidad y devuelta la estabilidad, Azuaga ha decidido dar un paso atrás.

Está previsto que Azuaga sea sustituido por un independiente que pasaría a ocupar la presidencia no ejecutiva de Unicaja Banco. Esta figura, la del presidente no ejecutivo, responde a las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) para ejercer de contrapeso del equipo ejecutivo. En una reciente entrevista a SUR, también José Manuel Domínguez, actual presidente de la Fundación Unicaja, alababa la medida: «La presidencia no ejecutiva tiene un papel de coordinación de segunda y tercera línea de defensa, que son el control global de riesgos, la auditoría interna y el cumplimiento normativo».

Con Isidro Rubiales como consejero delegado de Unicaja recién nombrado, y tras la renovación tanto del Patronato de la Fundación Unicaja como del consejo de administración del banco, Azuaga se marcha con el camino despejado de todos los obstáculos que han puesto contra las cuerdas la gobernabilidad del banco en los últimos años. La salida de Braulio Medel como presidente de la Fundación y de Manuel Menéndez como CEO de Unicaja Banco resultó fundamental para aliviar tensiones después de que ambos se aliaran para subvertir el canje acordado en la fusión y otorgar mayor peso del firmado al bloque asturiano de Liberbank en detrimento de la antigua Unicaja y su arraigo andaluz y malagueño. La entrada de Domínguez como presidente y la consolidación de Sergio Corral como director de la Fundación Unicaja han sido otras de las claves de la renovación.

Aquella crisis obligó a intervenir al presidente de la Junta, Juanma Moreno, y al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que advirtieron de los riesgos de que Unicaja perdiera su identidad. La gestión de la Fundación provocó también que el Ministerio de Asuntos Económicos solicitara la revisión de la idoneidad del propio Medel, que acabó dando un paso al lado tras meses de resistencia. Poco después dimitió Menéndez, señalado por los sindicatos como causante del malestar laboral de la plantilla tras años de paz social en el banco.

Ya estabilizada la gobernabilidad de Unicaja, Azuaga sale de una entidad en la que ha ejercido un papel clave. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Málaga, se incorporó a la Caja de Antequera como director de auditoría a mediados de los años ochenta. En 1991 fue nombrado subdirector general de control del banco y en 2004 dejó la entidad para ser fichado por Aena, aunque volvió apenas cuatro años después. Medel se vio obligado por ley a dejar la presidencia del banco en 2016 y fue entonces cuando lo sustituyó, antes de que el distanciamiento entre ambos abriera una brecha que aún hoy sigue sin coserse.

La salida de Azuaga, que previsiblemente se materializará en el primer trimestre de 2024, se produce en medio de los últimos cambios en el accionariado, con la escalada de Tomás Olivo, llamado a ocupar un sillón en el consejo de administración, y la salida de Ernesto Tinajero y del fondo Oceanwood.