¿Cómo consiguieron alas los pájaros? Un recorrido por el origen del propagio Saturday, 04 March 2023
Aunque ‘Parque Jurásico’ y sus correspondientes secuelas sirvieron para formarnos una idea muy aproximada y terrorífica de cómo habrían podido ser nuestros antepasados los dinosaurios (y de cómo no debes quedarte nunca el último del grupo si estás huyendo de los velociraptores), parece que se trata de una visión un poco distorsionada de cómo fueron realmente.
Los fósiles nos dicen que podrían haber sido más parecidos a pájaros. De hecho, como indica ‘Science Alert’, los últimos descubiertos muestran una curva sospechosa en el codo y la muñeca, lo que podría insinuar la presencia de un tendón no conservado que sustenta todo el vuelo aviar moderno. Eso significa que si los investigadores de Tokio tienen razón, la postura podría proporcionar pistas sobre el camino que siguieron los vertebrados voladores de la Tierra para surcar los cielos.
Los últimos fósiles descubiertos muestran una curva sospechosa en el codo y la muñeca, lo que podría insinuar la presencia de un tendón no conservado que sustenta todo el vuelo aviar moderno
La evolución de alas lo suficientemente poderosas como para levantar a un vertebrado del suelo es uno de los mayores misterios de la paleontología en la actualidad, y los pterosaurios son famosos por ser los primeros vertebrados (conocidos) en lograr un verdadero despegue hace casi 200 millones de años. No obstante, no eran dinosaurios. Estos evolucionaron mucho más tarde.
El propagio
A pesar de estas historias de orígenes muy diferentes, las aves usan una estructura sorprendentemente similar a la de los pterosaurios para mantenerse en el aire, una que, como las plumas, parece haber evolucionado mucho antes del vuelo mismo: el propagio. Se trata de una membrana presente en todos los vertebrados vivos que baten sus alas en la actualidad, incluidas las aves y los murciélagos. Algunos mamíferos planeadores incluso tienen una estructura similar presente en sus extremidades superiores en forma de paracaídas.
La mejor manera de imaginar un propagio es sacar el brazo hacia un lado con el codo y la muñeca doblados (ahora imagina que un tendón se extiende desde el hombro hasta la mano creando un puente). Dicho puente permite que las aves flexionen y extiendan la muñeca y el codo al unísono durante el aleteo. En el caso de los pterosaurios no está tan claro para qué servía, pero podría haber controlado el despegue y el aterrizaje.
Cuando un pájaro muere esta membrana mantiene naturalmente la muñeca y el codo del animal en flexión
Sin la presencia del tendón, algunos científicos creen que las aves, los murciélagos y los dinosaurios nunca habrían despegado. Cuando un pájaro muere, por ejemplo, esta membrana mantiene naturalmente la muñeca y el codo del animal en flexión. Los investigadores han encontrado evidencia de que una estructura similar a un propagio probablemente se extendía a lo largo del hombro y la muñeca de varios dinosaurios terrestres.
Por ejemplo, los ángulos observados en los fósiles de muchos ‘maniraptoranos’ (que incluyen a los velociraptores) eran ligeramente más grandes que los observados en las aves modernas, pero aun así insinuaban la presencia de una estructura temprana parecida a un propagio. Para respaldar estas predicciones, los investigadores también identificaron restos de tejido blando de lo que podría ser un propatagio primitivo en dos fósiles de maniraptoranos: el Caudipteryx del tamaño de un pavo y el microraptor de cuatro alas.
El Caudipteryx probablemente no podía volar, y todavía se discute si el microraptor sí podía. Sin embargo, ambos dinosaurios claramente poseían las estructuras que luego serían necesarias para el vuelo propulsado. El propagio, sin duda, es fundamental.