La inflación vuelve a acaparar el protagonismo de los mercados tras conocerse que el IPC se moderó al 8,5% en febrero. No obstante, la cifra ha sido dos décimas superior a lo esperado. Y las subidas en Francia, Alemania y España sigue evidenciando que la lucha contra el alza de precios será todavía larga.

El mercado descuenta desde hace semanas que, ante este escenario, la próxima subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) será de 50 puntos básicos. Y la propia Christine Lagarde reconocía por la mañana, durante su visita a España, que los tipos seguirán altos mucho tiempo. Al menos, hasta 2025, cuando el organismo prevé que la inflación baje al objetivo del 2%.

Con este telón de fondo, las Bolsas se debaten entre el rojo y el verde, con el Ibex-35 esforzándose por no perder los 9.300 puntos lastrado por Meliá, Amadeus y Cellnex, que lideran la parte baja de la tabla.

Un día más, los inversores siguen muy atentos al comportamiento de los bonos y sus rendimientos, que en las últimas jornadas se han convertido en el verdadero problema de la renta variable occidental, «especialmente en la estadounidense».

La perspectiva de unos bancos centrales más agresivos de lo previsto ha provocado que los inversores vuelvan a vender bonos, presionando a la baja los precios e impulsando los intereses exigidos (que se mueven de manera inversa). Así, la rentabilidad del bono estadounidense a diez años ha vuelto a superar el 4% por primera vez desde octubre. Y la situación se repite en la principal referencia europea, el bono alemán a diez años, donde el interés supera el 2,7%, profundizando en máximos de 2011.

Mientras, en el mercado de materias primas, el precio del barril de petróleoBrent, de referencia en Europa, bajaba hasta los 84,17 dólares, mientras que el West Texas estadounidense rondaba los 77,5 dólares.