Cojines, alfombras, mesa auxiliar, tetera... y libros, muchos libros. Primero en los Jardines de Pereda, junto al tiovivo, y segundo en el muelle. Escenificación, representación, performance. Dos bancos para sentar la cultura y un paseo lector entre ambos. Un preludio de Felisa, la 42 Feria del Libro de Santander y de Cantabria, que, antes de abrir las puertas de la Plaza Porticada a la literatura el viernes, ya ha sembrado palabras por la ciudad. ‘El banco bueno’, epígrafe elegido, en realidad simbolizó las propuestas de 11 clubes de lectura de Santander, Camargo y Los Corrales de Buelna, que eligieron «el libro ideal para leer en sendos bancos de la ciudad». Un grupo de actores y músicos ‘instaló’ los libros en los bancos de forma simbólica, a modo de salón de casa donde leer y soñar. La intervención artística «transformó poéticamente varios bancos públicos de la ciudad en cálidos y confortables lugares donde disfrutar de la lectura y dejar volar la imaginación».

El primer «banco bueno» que encontraron correspondió al situado en los Jardines de Pereda, junto al clásico tiovivo y de espaldas al Centro Botín. Allí, en una performance artística,» instalaron de forma simbólica una recomendación literaria para ese emplazamiento sin par: ‘La nieta del señor Linh’ del escritor francés Philippe Claudel». El segundo punto en el que se ha detenido «la extravagante comitiva ha sido un banco del Paseo Marítimo, orientado hacia la Bahía de Santander. Un lugar inigualable para disfrutar de ‘Alegría’ de José Hierro.

«El espíritu de Felisa 2023 es el de vivir la cultura en común, el de utilizar los espacios públicos para que la literatura salga de los anaqueles y de las páginas para encontrarse con las y los lectores. ‘El banco bueno’ ha sido uno de esos momentos hermosos que nos preparan para los 10 días de Felisa», explicó Paco Gómez Nadal, coordinador de la Feria y una de las 60 personas que ha participado en esta acción de calle. Los miembros de los clubes de lectura, después continuaron marcando los ‘bancos buenos’ por toda la ciudad, desde los que están frente a la isla de Mouro en la Península de la Magdalena, a los del Parque del Agua. Otros elegidos han sido lugares poblados de letras y versos, como los bancos de la entrada de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, o algunos donde la idiosincrasia marinera de Santander aún puede saborearse, como los que hay en el Barrio Pesquero, mirando a los barcos. Por todos ellos desfilaron obras como ‘Sotileza’ de José María de Pereda, las ‘Memorias de abajo’ de Leonora Carrington, ‘Farenheit 451’ de Ray Bradbury, ‘Corazón tan blanco’ de Javier Marías o ‘Ahogada en llamas’ de Jesús Ruiz Mantilla, cortesía de los clubes de lectura colaboradores.

La Plaza Porticada ultima su transformación temporal en Felisa, con «15 casetas repletas de literatura, un café literario en el que conversarán tanto autores y autoras de consolidado prestigio como nuevas sensaciones del panorama literario, y un escenario por el que desfilarán figuras imprescindibles de las letras españolas y artistas de diversas disciplinas con espectáculos que harán vibrar el centro neurálgico de Santander». A partir del 30 de junio y hasta el 9 de julio, la Feria del Libro acogerá a autores como Sergio Ramírez, Gioconda Belli, Julio Llamazares, Anna Bosch, Mario Obrero, o Cristina Fallarás; y a proyectos musicales como el de Alberto San Juan, Sephardica, Spanish Peasant, el Naán Trío o Casapalma.