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Milei: ¿Un psicópata en la Casa Rosada? No tan rápido... Wednesday, 25 October 2023

Milei: ¿Un psicópata en la Casa Rosada? No tan rápido...

Hoy, en la newsletter El Mundo, Explicado, las elecciones en Argentina, la crisis inmobiliaria china y las alianzas de Xi Jinping


Las personas extravagantes siempre han llamado la atención. Lo histríonico siempre ha resultado atractivo. Pero con la irrupción de las redes sociales y el periodismo digital, lo anecdótico ha encontrado una atalaya que nunca antes tuvo y que catapulta a todo tipo de personajes que antes habrían sido el hazmerreír de la gente, el cuñado de toda la vida. No tendría mayor relevancia si no fuese porque algunos, adalides de un nuevo populismo, pueden acceder a lo más alto de la cúpula del poder político. Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonario en Brasil, Rodrigo Duterte en Filipinas… y Javier Milei en Argentina.

Todos daban por hecho que iba a arrasar en las urnas el pasado domingo. Que su discurso antisistema iba a convencer a una población cuyo poder adquisitivo cae a velocidad de vértigo debido a una inflación que supera el 100%. Los argentinos demandan una pócima mágica para la enfermedad crónica que sufren, y Milei es su chamán. Los más escépticos solo auguraban que su principal adversario, el peronista Sergio Massa, lograse como mucho la posibilidad de disputarle una segunda vuelta. Sin embargo, las urnas han deparado una sonora sorpresa.

Por eso, hoy ponemos el foco internacional en Argentina, en cómo damos por buenas unas previsiones que no son más que una herramienta que cada vez falla más.

Estos son los tres temas que abordaremos.

Estos son los tres temas que abordaremos hoy:

  • Se desinfla la burbuja Milei en Argentina

  • China continúa dando forma a su visión del mundo

  • El proyecto malasio que refleja el problema del ladrillo chino

  1. Argentina

    Se desinfla la burbuja Milei

Que la inflación se dispara y el peso cada vez vale menos, pues cerramos el banco central y adoptamos el dólar como divisa. Que las instituciones del Estado salen caras y parecen ineficientes, pues nos deshacemos de un buen puñado de ministerios. Que sube la criminalidad, en gran medida como consecuencia del horrible rumbo de la economía, pues legalizamos la tenencia de armas para que la ciudadanía haga su propia ‘limpieza’ al estilo ‘The Purge’. Igual incluso ahorramos así en Policía.

Las soluciones que el anarcocapitalista Milei ofrece para problemas muy complejos son tan sencillas como viscerales, están llamadas a provocar la ovación de la masa enfurecida, pero no ofrecen ninguna certeza de que vayan a funcionar. Ni siquiera de que puedan llevarse a cabo. Da igual, porque así es como funciona el populismo del siglo XXI, independientemente de su ideología.

Javier Milei.
Javier Milei.

Lo demostró bien Trump con un ejemplo del que ya se pueden extraer conclusiones fehacientes: si China nos gana en el terreno comercial, le ponemos aranceles para beneficiar a los productores locales. El resultado ha sido un incremento sustancial del superávit comercial chino, justo lo contrario de lo que buscaba el expresidente, y ningún beneficio real para las empresas americanas. Lo único que ha conseguido es que los consumidores paguen más por lo mismo.

Por si fuese poco, las sanciones que aprobó, sobre todo en el terreno tecnológico, han logrado que China se lance a desarrollar su propia tecnología para ganar autosuficiencia y que sus empresas compitan con las homólogas occidentales. A Trump ese enfrentamiento con la superpotencia rival le dio muchos votos, pero quienes le ofrecieron su confianza en las urnas han salido perjudicados.

Milei quiere que Argentina utilice el dólar en vez del peso.
Milei quiere que Argentina utilice el dólar en vez del peso. Reuters

En cualquier caso, estas iniciativas sin pies ni cabeza cautivan a la prensa. Qué mejor que un candidato a la presidencia diga «si tengo que elegir entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia» o «las calles y la justicia podrían ser privadas», como dijo Milei. Son frases rotundas que se ven amplificadas en las redes sociales y polarizan a la sociedad. Quizá por eso, dan la sensación de tener más apoyo del que realmente logran. Afortunadamente, parece que la población todavía es más sensata y acaba echando a Trump o Bolsonaro del poder.

En el caso de Milei, las previsiones y los sondeos se han dado un buen batacazo, ya que ha acabado perdiendo frente a Massa. Algunos afirman que «ha protagonizado una remontada», pero lo cierto es que ha sido imaginaria. Ha remontado solo si se considera real el humo -’hype’ dicen en inglés- que lo ha aupado prematuramente.

Milei todavía podría convertirse en presidente el próximo 19 de noviembre.
Milei todavía podría convertirse en presidente el próximo 19 de noviembre.

Es cierto que Milei todavía puede ganarle a Massa en la segunda vuelta del próximo día 19 y llegar a la Casa Rosada, pero el camino no va a ser de rosas. El problema es que su rival tampoco garantiza el éxito de Argentina. Más bien al contrario. Massa no solo está considerado como el peor ministro de Economía del país, sino que pertenece al partido que ha llevado el país a la ruina y es incapaz de sacarlo de ella. Ese es el verdadero drama argentino: tener que elegir entre malo y peor sin saber quién es cuál.

Todo ello lleva a una conclusión desagradable: quizá el problema de Argentina sean los argentinos. Quizá habría que empezar a concebir que hay países sin solución. En muchas ocasiones la ciudadanía critica a sus políticos -España es un buen ejemplo- cuando en realidad son fiel reflejo de quienes pueblan el país. Pero, claro, la autocrítica siempre es mucho más ingrata que echarle la culpa a alguien y sentirse inmaculado.

  1. La nueva Ruta de la Seda

    China continúa dando forma a su visión del mundo

Cuando Xi Jinping llegó al poder en China, muchos pensamos que seguiría profundizando en las reformas que llevaban tres décadas abriendo el país al mundo. Que las libertades que comenzaron a asomar en 2008, con los Juegos Olímpicos, irían extendiéndose a diferentes ámbitos. Pero nos confundimos. Xi inició su primer mandato con una campaña anticorrupción para quitarse de en medio a sus adversarios políticos y, desde entonces, ha cerrado el puño y ha abierto la puerta que le permite convertirse en presidente de por vida.

Pero esto es lo que ha hecho en la esfera nacional. Para el mundo llegó con un plan todavía mucho más ambicioso: vertebrarlo de una manera alternativa a la de las potencias colonizadoras tradicionales. Su gran proyecto pretende revivir la Ruta de la Seda y llevarla a todos los continentes a través de ‘una Franja y una Ruta’ que servirán para incrementar su influencia económica sobre el mundo en vías de desarrollo y traducirla en influencia política. Todo a través de una maraña de acuerdos para la construcción de infraestructuras y el impulso de relaciones comerciales.

Xi Jinping, arropado por jefes de Estado participantes en el Foro.
Xi Jinping, arropado por jefes de Estado participantes en el Foro. Efe

La semana pasada, mientras las bombas llovían sobre Gaza, una importante reunión celebrada en Pekín pasó desapercibida en Occidente. Pero posiblemente fuese más relevante en la formación de un nuevo orden mundial que la reactivación del conflicto palestino israelí. Porque 23 jefes de Estado acudieron a la cita organizada por Xi para arrancar la segunda década de este proyecto que, como todos, tiene luces y sombras.

Es evidente que, por un lado, está sirviendo para desarrollar países de Asia y África, sobre todo. Pero también es cierto que, por otro lado, está creando una montaña de deuda que puede llevar a la sumisión de soberanía nacional. Ha sucedido, por ejemplo, en Sri Lanka. Porque China financia los proyectos e impone que sean sus empresas quienes los lleven a cabo, a menudo incluso con su propia mano de obra.

Vladímir Putin y Xi Jinping en Pekín.
Vladímir Putin y Xi Jinping en Pekín. Reuters

Así, países como Italia han dado media vuelta después de haber recibido con entusiasmo la iniciativa de Xi, que comienza a ser un reflejo de la creciente bipolarización del mundo: en Pekín se han reunido los nuevos líderes del eje del mal, desde Vladímir Putin hasta los talibanes. Entre los más democráticos se encontraba el primer ministro húngaro Viktor Orbán, buena muestra del nivel existente. Países como Portugal y Suiza, que sí acudieron en 2019 se ausentaron la semana pasada, reflejo de que la Nueva Ruta de la Seda puede acabar convirtiéndose en la Ruta del Autoritarismo.

  1. Crisis inmobiliaria

    El proyecto malasio que refleja el problema del ladrillo chino

Forest City iba a ser una urbanización de ensueño. El ejemplo de que una constructora china, Country Garden, podía desarrollar proyectos gigantescos de gran lujo muy lejos de su frontera. Concretamente, en Johor Bahru, una localidad de Malasia a tiro de piedra de Singapur. Se comercializaba como un imán para los ricachones chinos que no saben dónde meter su dinero negro y buscan residencia fuera del gigante asiático, y prometía alojar hasta 700.000 personas en una ciudad paralela con todos los servicios para lo que, de facto, era una colonia china en el sudeste asiático.

Así se vende en internet Forest City.
Así se vende en internet Forest City.

Ese era el plan, en el que la segunda mayor constructora del país, superada solo por Evergrande, iba a invertir nada menos que 100.000 millones de dólares. En los siete años que han pasado desde la aprobación del proyecto ha desembolsado casi 4.500 millones, pero lo que ha levantado hasta ahora está completamente vacío. Y hay sospechas fundadas de que el resto, que debía completar de aquí a 2035, acabará quedando en una utopía sobre plano.

Al final, Forest City se ha convertido en el reflejo de los problemas que sufre el sector del ladrillo en China, plagado por empresas que han ido creando un sistema piramidal en el que los pagos de unos financiaban la adquisición del suelo para los siguientes, y no la construcción de sus casas. En China se paga la vivienda por adelantado, cuando aún no hay más que un solar, y todo va bien si los precios continúan creciendo y la demanda se mantiene fuerte. Pero la pandemia lo chafó todo e hizo que saliesen a la luz las grietas del sistema.

No se preocupe. China no es Estados Unidos, ni Country Garden es Lehman Brothers. Aunque tenga una deuda de 11.000 millones de dólares. El hecho de que la segunda potencia mundial sea una isla en el terreno financiero, con instituciones apenas conectadas con el resto del mundo y reglas peculiares, garantiza que los efectos de esta crisis se vean limitados al territorio nacional, y que el contagio internacional sea nimio. Así que, en el caso de que la burbuja inmobiliaria china estalle, que está por ver, no provocaría un tsunami similar al de 2008.

Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo ahí fuera. Si estás apuntado, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes a tus amigos.

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