Sam Altman, fundador de OpenAI y creador de una de las tecnologías del momento -ChatGPT-, acaba de ser despedido de manera fulminante por la junta directiva de la compañía de la que hasta este viernes era el consejero delegado. Un adiós que se produce por la «pérdida de confianza y no ser consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta», argumenta la compañía en un comunicado publicado en su página web.

Tras un proceso de revisión «deliberante la junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI», afirman los directivos de OpenAI. La sucesora en el cargo es Mira Murati, quien anteriormente se desempeñó como directora de tecnología de la compañía, y que desde esta noche es directora ejecutiva interina.

OpenAI cierra así una etapa en la que Altman, de 38 años, durante el último año se ha convertido en uno de los ejecutivos más destacados de la industria tecnológica. «Tenemos la máxima confianza en su capacidad para liderar OpenAI durante este período de transición», destaca la junta directiva en la página oficial de la compañía.

Tras hacerse pública la decisión de OpenAI, el propio Altman ha reaccionado a la noticia en la red social X, antes Twitter. «Me encantó mi tiempo en la compañía. Fue transformador para mí personalmente, y espero que un poco para el mundo. Sobre todo me encantó trabajar con gente con tanto talento».

La salida de Sam Altman no es el único cambio que se produce esta noche. Junto con el CEO, también abandona su puesto en el consejo el actual presidente, Greg Brockman, que también ayudó a Altman a fundar Open AI. Aunque, en este caso, sí permanecerá en su puesto en la empresa.

Con apenas un año de vida, el aniversario se cumple el próximo 30 de noviembre, la inteligencia artificial generativa de ChatGPT se ha convertido en la tecnología del momento. El chatbot atrajo a cientos de millones de usuarios y cautivó a la gente con la forma en que respondía preguntas, escribía poesía y discutía casi cualquier tema que se le presentaba.

Una irrupción meteórica que ha despertado el interés y apetito inversor de numerosas firmas de capital riesgo y también de gigantes tecnológicos de Estados Unidos como Microsoft con una inversión de 10.000 millones de euros para incorporar esta tecnología a su buscador y hacer frente a Google.

La firma fue fundada en 2015, originalmente sólo como organización sin ánimo de lucro, con Sam Altman y Elon Musk como copresidentes. Ahora, descabezada, la firma ya tiene una valoración cercana a los 30.000 millones de euros (unos 27.500 millones de euros). No obstante, en las últimas semanas la compañía estaba en conversaciones para cerrar una nueva ronda de financiación que valoraría a la empresa en más de 80.000 millones de dólares (unos 73.300 millones de euros).

Ahora, OpenAI pierde a su rostro más carismático que ha encandilado a los inversores y, también, a la esfera política. Este joven de 38 años en el último ejercicio se ha convertido en el portavoz del cambio de la industria tecnológica hacia la IA, testificando ante el Congreso y encandilando a legisladores y reguladores de todo el planeta.

Tras la salida de Brockman y Altman, el consejo de OpenAI está formado por el científico jefe de OpenAI, Ilya Sutskever; los consejeros independientes Adam D’Angelo, jefe de Quora, y Tasha McCauley, y por Helen Toner, del Georgetown Center for Security and Emerging Technology.