Are You New User

¿Será la IA capaz de ‘oler’ el humo de un incendio? Monday, 04 December 2023


Las más avanzadas tecnologías ya pueden ayudar a luchar contra el cambio climático y alertar de catástrofes naturales, por las que el año pasado las empresas españolas dejaron de facturar 2.660 millones y desaparecieron 25.200 puestos de trabajo


José A. González

José A. González

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 5 de diciembre 2023, 00:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Controlar un semáforo para regular el tráfico, hacer más eficiente un proceso industrial, prevenir un incendio y escuchar las motosierras en un bosque frondoso. Estas son algunas de las tareas que ha aprendido la inteligencia artificial en los últimos años y que la ha convertido en una activista en la lucha contra el cambio climático. Esta tecnología ya acumula mucha experiencia en diferentes sectores, pero con la irrupción de la IA generativa está viviendo una auténtica edad dorada. «Es gracias a la confluencia de tres factores: big data, computación a bajo coste y desarrollo de modelos complejos de aprendizaje», aseguraba hace unos meses Nuria Oliver, académica de la Real Academia de Ingeniería y directora de la Fundación ELLIS Alicante, en este periódico.

La aplicación de la tecnología para la descarbonización es uno de los temas de debate en la cumbre del clima de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), que se celebra hasta mediados de este mes. La captura y eliminación de CO2 es la más citada, pero la IA permite reducir la emisión de gases de efecto invernadero y anticiparse a catástrofes naturales y ambientales que dejaron en 2022, según la Fundación AON, una factura de 2.660 millones de euros en las empresas españolas y la destrucción de 25.200 puestos de trabajo.

Esta tecnología basada en modelos de aprendizaje permite optimizar procesos de innovación y eso supone optimización de consumos energéticos y reducción de residuos, pero son más útiles en la prevención y detección de actividades que ponen en peligro el entorno. La ONG Rainforest Connect ha puesto a la IA a escuchar y vigilar los bosques de los Cárpatos en Rumanía. Allí, donde el conde Drácula de Bram Stoker se escondía, la tala ilegal de árboles está mermando el ecosistema. Según varios informes de oenegés rumanas, cada año se cortan ilegalmente cerca de 20 millones de metros cúbicos de madera en los bosques del país.

El proyecto comenzó con un ‘smartphone’ adherido a placas solares, ahora, casi una década después, el proyecto ha mejorado. Un registro constante de sonidos alimentado por paneles solares y que genera cantidad ingente de datos e información. «Mediante conexión 5G, la información se envía a la nube y allí un algoritmo detecta si hay sonidos de motosierras», explica Jorge Vega de Huawei España. «Si se detecta, se envía una alerta geolocalizada a los guardabosques», añade.

«Falsos positivos»

Pero la IA no solo es capaz de escuchar, ni responder; también ha sido entrenada para ‘oler’ el humo procedente de los incendios. Para ello, Grupo Sylvestris y la Fundación Repsol en los últimos meses han colocado decenas de sensores en miles de árboles para aplicar la máxima de «si ves humo, el fuego está cerca». Aunque su mecanismo no es tan sencillo, porque «puede producir falsos positivos si pasa un coche antiguo que emite muchas partículas o se hace una barbacoa cerca», señalan los promotores de la iniciativa.

El sistema, entrenado para ello, es capaz de analizar el humo captado por los sensores y si detecta cuatro tipos de gases salta una alerta a los agentes forestales que les permite ponerse en guardia y comenzar una estrategia ante un posible incendio. Además, gracias a esta nueva tecnología y a los datos recopilados por los satélites «nos permite monitorizar y predecir el avance del fuego, para una gestión más eficiente de los recursos», afirman.

Esta solución ya está desplegada en Las Hurdes (Cáceres, Extremadura), protegiendo un perímetro de 1.357 hectáreas en colaboración con los servicios de protección contra incendios de la Junta de Extremadura.

La otra cara

A pesar de que la inteligencia artificial puede ayudar a cuidar el medioambiente, ¿esta tecnología es realmente sostenible? Precisamente, el uso de estos recursos energéticos está en el punto de mira. «El mayor consumo se produce durante el entrenamiento de los algoritmos», apunta José Ventura, data & artificial intelligence tech sales de IBM.

Un estudio reciente encontró que la huella de carbono de entrenar solo un modelo de aprendizaje profundo de última generación para realizar tareas de procesamiento del lenguaje natural es equivalente a la cantidad de CO2 que un estadounidense promedio produce en dos años.

Otras investigaciones van más allá y hablan de consumos equivalentes a los de 136 casas danesas en un año. «La IA puede utilizarse para optimizar el uso de agua o energía en las operaciones, descubrir materiales más duraderos o menos contaminantes, reducir el consumo de CO2 o mejorar los procesos de reciclaje para acercar a las empresas hacia la economía circular. Si bien es cierto que se está logrando avanzar en materiales y arquitecturas más eficientes, estos avances no consiguen compensar el constante incremento de demanda», explica Elena Gil Lizasoain, directora de Inteligencia Artificial y Big Data en Telefónica Tech.

Algoritmos verdes para convertir la IA en sostenible

La inteligencia artificial (IA) está presente en prácticamente todos los ámbitos de la vida, ya sean domésticos, laborales o empresariales. Sin embargo, no está tan presente el consumo de los recursos que hace.

«No tengo una medida directa de consumo de energía, ya que mi operación está gestionada por servidores en centros de datos. La cantidad de energía utilizada dependerá de la infraestructura y la eficiencia energética de los servidores que alojan mi modelo», aclara ChatGPT.

El consumo de esta tecnología tiene su fundamento en su origen: en la energía que necesitan sus centros de datos y en el agua que se usa para refrigerar los mismos. «También es cierto que cada vez más centros de datos buscan fuentes de energía sostenibles y que los fabricantes de estos investigan la utilización de nuevos materiales que permitan ahorros y eficiencias en este campo», señala Elena Gil Lizasoain, directora de Inteligencia Artificial y Big Data en Telefónica Tech

Latest from

Related items

Ciencia y Salud

Contact