No hay un suelo que luzca mejor que un parquet bien cuidado y en buenas condiciones. Sin embargo, mantener perfecto este tipo de material no resulta sencillo y es muy normal que, con el paso del tiempo, sufra la aparición de arañazos y rayones producidos al arrastrar sillas y mesas o por caminar con zapatos de tacón.

Hay que tener en cuenta que la madera es un material natural y, como tal, es muy sensible. Pero también lo es a los cambios de temperatura y a la humedad. Por este motivo, si no la cuidamos adecuadamente, tiende a estropearse prematuramente. En este sentido, usar alfombras protegerá el suelo de estos daños.

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Una posible solución para evitar que el parquet se estropee puede ser cambiar de suelo o acuchillar o pulir el que ya se tiene, pero, además de suponer una inversión considerable, también resulta muy engorroso y sucio. Por eso, siempre hay remedios que harán que tu suelo de madera no pierda ni su color, ni su brillo original y siga aportando la elegancia de siempre.

La solución: aceite de girasol

La solución es tan sencilla como untar unas gotas de aceite de girasol en un trapo de algodón y frotar en círculos para que desaparezcan las marcas. Además, si el suelo tiene un tono más oscuro, se puede añadir unas gotas de vinagre de vino tinto a la mezcla para que coja color. Se trata de un truco muy rápido que dejará la madera como nueva, por lo que también puede aplicarse a cualquier mueble estropeado o desgastado.

No obstante, no hay que olvidar realizar una limpieza habitual del suelo con los productos adecuados, que nunca deben ser abrasivos. Lo primero que habría que hacer el barrer y aspirar el suelo, al menos, una vez a la semana. Con ello, además del polvo, se elimina toda la suciedad que traemos en las suelas de los zapatos, como alguna chinita, que pueda producir algún arañazo que dañe la madera y resulte incómodo a la vista.

Frotar en círculos un trapo de algodón con aceite de girasol eliminará los arañazos

Siguiendo con esta limpieza, también es recomendable pasar una mopa o un limpiador de suelos de madera dos veces al mes. Asimismo, conviene encerarlo dos veces al año para nutrir el suelo y darle una capa de protección y brillo. Obviamente, hay que evitar la exposición directa al sol y aislarlo de la humedad, secando la superficie lo más rápido posible si se derrama algún líquido.