Are You New User

El peligro de fingir que somos felices todo el tiempo cuando en realidad estamos tristes Thursday, 11 May 2023


La psicología positiva de nuestra época no deja de transmitirnos que hay que esforzarse para ser feliz y, en cierto modo, responsabiliza al individuo de su bienestar, sin atender a sus circunstancias ni contexto. La felicidad se ve como una meta que hay que alcanzar, y como tal, el miedo al fracaso está más que presente. Y esto, en muchas ocasiones, lleva a aparentar constantemente delante de los demás por temor a ser juzgado o que piensen que existe un problema contigo. En realidad, la cultura del aparentar se da hasta en las personas que no están pasando por un momento delicado precisamente; en plena era de Instagram o TikTok, pongas lo que te pongas, lo que más resalta es siempre una gran sonrisa.

Foto: Qué es la depresión sonriente: causas y síntomas de este trastorno de salud mental. (iStock)
La depresión sonriente: el trastorno de salud mental que pasa desapercibido

Esta dictadura silenciosa de la felicidad, por llamarla de alguna forma, ha provocado que un gran número de personas que están atravesando un momento complicado tiendan a fingir más de lo necesario, lo que entraña muchas dificultades para las personas que están con ellos y les acompañan al no ser del todo conscientes de la agitada marea emocional que se cuece detrás de su sonrisa complaciente. A tal punto ha llegado este fenómeno que los expertos en salud mental no han dudado en llamar a este síndrome depresión sonriente, la cual comporta una serie de riesgos específicos con respecto al resto de trastornos relacionados con la depresión.

"La creencia de que ‘soy feliz porque sonrío’ puede ser contraproducente en comparación a pensar ‘sonrío porque soy feliz"

"El término depresión sonriente hace referencia a los cuadros depresivos que cursan con la sintomatología asociada a dichos trastornos, pero en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento", explicaba Vanessa Rodríguez Pousada, psicóloga sanitaria, en otro artículo del que hablamos sobre esta afección. "Y este anhelo redunda en una posición activa para que las personas que lo rodean no perciban el malestar al que está haciendo frente".

Sonreír... ¿a pesar de todo?

Las emociones, si se reprimen, son más difíciles de gestionar. Al igual que cuando nos enfadamos con alguien y necesitamos soltarlo, desahogándonos con una tercera persona, síntomas como la tristeza o la falta de motivación, si se ocultan en una mueca continua de satisfacción, pueden agravarse y hacerse demasiado intensos como para lograr entenderlos con el fin de atajarlos. "Sonreír para mantener una fachada es una forma de autoengañarse y solo retrasa lo inevitable", asegura por su parte Mark Travers, psicólogo norteamericano, en un reciente artículo sobre el tema publicado en Psychology Today. "Si bien a veces necesitamos sonreír cuando atravesamos un momento difícil, divorciarse constantemente de tus verdaderos sentimientos hace que nuestro bienestar psicológico vaya a peor".

"Fingir continuamente felicidad y pensamiento positivo puede conducir a una tergiversación de tu verdadero estado emocional"

Esto a su vez contradice la tesis de estudios que comprobaron que sonreír, a pesar de las dificultades, tiene un impacto positivo en la salud mental. Obviamente, puedes tomarte las cosas con filosofía e incluso reírte de ti mismo o de los problemas para saber sobrellevarlos mejor. La felicidad, sí, hasta cierto punto es contagiosa, de ahí que rodearte de personas positivas tenga un impacto también en tu estado de ánimo, aunque en esos momentos no las tengas todas contigo.

Foto: (iStock)
¿De verdad las patatas fritas producen depresión? Esto dicen los estudios hasta ahora

Travers contradice esta corriente con una simple frase: "La creencia de que ‘soy feliz porque sonrío’ puede ser contraproducente en comparación con ‘sonrío porque soy feliz", asegura, apoyándose en un estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology que remarcó que el solo acto de sonreír no es lo que aumenta la felicidad, sino la interpretación de la sonrisa como reflejo de felicidad. En este sentido, una sonrisa solo viene a cuento cuando hay un motivo, es un gesto que responde a una emoción que tenemos interiorizada y, por tanto, racionalizamos, aunque sea de manera rápida e inconsciente.

En cualquier caso, si estás pasando por un mal momento el primer paso después de darte cuenta, ser consciente de ello y aceptarlo, es buscar ayuda. La evitación no te librará de nada, al igual que las sonrisas impostadas o fingir delante de los demás que te va bien. Hay que ser sinceros con nosotros mismos y, en caso de sentir que no podemos hacer algo (por ejemplo, acudir a un plan que promete una exhibición colectiva de felicidad y buen rollo), no sentirnos presionados a realizarlo. Al igual que desconfiar de los mensajes en redes sociales que emiten personas a las que supuestamente les va de maravilla.

Foto: Que cada uno rellene el saco con su mayor motivo para ser infeliz. (iStock)
‘Blue Monday’: un absurdo permiso para estar tristes en plena era de la psicología positiva

"Fingir continuamente felicidad y pensamiento positivo puede conducir a una tergiversación de tu verdadero estado emocional", concluye Travers. "Esto puede causarte mucha confusión e influye en que los otros con los que estás interactúen de forma inútil. Y lo que es más importante: obstaculiza tu petición de ayuda al exterior y el apoyo mental que necesitas".

Latest from

Related items

Ciencia y Salud

Contact