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¿Por qué los servicios de Inteligencia espían a Zelenski? Thursday, 08 June 2023

¿Por qué los servicios de Inteligencia espían a Zelenski?

Los informes sobre el sabotaje del Nord Stream o las escuchas estadounidenses a la cúpula ucraniana revelan un marcaje que trata de evitar cualquier extralimitación que pueda conducir a una conflagración mundial


Estados Unidos ha optado por una prudente pausa en las acusaciones internacionales a Rusia como presunta responsable de la voladura de la presa de Kajovka. «No puedo decir de manera concluyente lo que sucedió en este momento», ha dicho a los a periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, para exasperación del Gobierno de Ucrania, cuya oficina presidencial «no entiende» que queden dudas sobre la autoría del atentado.

En realidad, existen muchas más probabilidades de que la orden de inundar Jersón procediera del Kremlin y no de Kiev. Los rusos controlaban las esclusas y la central hidroeléctrica del dique y la riada les ha permitido frenar la contraofensiva ucraniana. Sin embargo, la guerra procura argumentos para todos. Moscú culpa al alto mando de Ucrania al entender que forma parte de su estrategia de dejar las zonas prorrusas convertidas en «tierra quemada» y porque así obtendría una excusa perfecta para efectuar un contraataque con un apoyo cerrado de los aliados.

Occidente apunta hacia Moscú, pero en dieciséis meses de guerra se han saltado tantas líneas rojas por parte de los dos bandos que solo los gobernantes más convencidos reparten culpas sin antes disponer de datos de Inteligencia en la mano. La devoción de Occidente a la figura de Zelenski y su gabinete de resistencia es absoluta, cuando menos públicamente, pero cada vez se acumulan más pruebas de que no existen actos de fe y que Estados Unidos le vigila de cerca.

Alexandr Dugin se lleva las manos a la cabeza desesperado a pocos metros del coche en llamas que conducía su hija.

La revelación de decenas de informes secretos por parte del miembro de la Guardia Nacional Jack Teixeira ha puesto de manifiesto que los servicios de Inteligencia de EE UU han espiado los movimientos del presidente urcraniano. Y algunas escuchas les han escandalizado. En febrero, Washington instó al Gobierno de Kiev a suspender un plan de ataque en el interior de Rusia, que incluía la capital, Moscú, mientras el Kremlin celebraba el primer aniversario de la invasión. Kyrylo Budanov, el general que dirige la Dirección de Inteligencia militar, barajaba además una ofensiva marítima de gran envergadura en la ciudad portuaria de Novorossiysk, en el Mar Negro, para demostrar la capacidad de Ucrania de penetrar en el país vecino. Budanov no supo que todos sus preparativos estaban siendo monitorizados en secreto por Washington hasta que llegó el toque de atención.

Budanov es el tipo de jefe de Inteligencia que desea cualquier escritor de best-sellers. A sus 37 años, este kievita formado en las fuerzas especiales arrastra las cicatrices de haber sido herido varias veces en el largo conflicto bélico del Donbás previo a la invasión y se salvó de un atentado en pleno centro de Kiev en 2019 cuando un grupo de rusos colocó una mina bajo su coche. ​Entre 2014 y 2019, su historial señala que participó en varias operaciones especiales que todavía hoy siguen clasificadas. Mejor no pregunten.

Kyrylo Budanov hace el saludo militar durante un acto oficial. Reuters

El respeto que los aliados le tienen es parecido a su capacidad para inquietarles. El pasado mayo, Budanov reconoció en una entrevista que agentes a sus órdenes habían asesinado a varios propagandistas rusos desde el comienzo de la guerra. No quiso aclarar si en su tétrica lista figuraban Darya Dugina, la hija del pensador ruso Alexandr Dugin, asesor intelectual de Putin, asesinada con una bomba, o el conocido bloguero Vladlen Tatarsky, agitador de primer orden. La muerte de Darya provocó la primera demostración pública de enfado de la Casa Blanca con Zelenski ante los indicios, nunca confirmados por Kiev, que vinculaban el atentado con una espía de origen ucraniano.

Un rostro desconocido

El Pentágono y las agencias estadounidenses han seguido tan de cerca a Zelenski que guardan en su poder las escuchas de conversaciones en las cuales el gobernante apuesta por invadir poblaciones rusas cercanas a la frontera o se muestra a favor del lanzamiento de misiles de largo alcance hacia Moscú. Así lo sugieren los documentos difundidos en Internet. El periódico ‘The Washington Post» publicó en mayo que, según el análisis de los expertos, esas manifestaciones traslucirían la imagen de «un líder con instintos agresivos» frente a su perfil más conocido de «estadista tranquilo y estoico».

Zelenski negó a renglón seguido que albergara intención alguna de iniciar una ofensiva dentro de Rusia. Evidentemente, el hecho de enterarse de que ha sido espiado ha molestado al antiguo actor, pero también es cierto que a Estados Unidos le ha servido para prevenirle sobre la realización de determinados actos de guerra que pondrían en peligro la paz global. Aun así, Washington ha asistido impasible a la entrega por parte del Reino Unido de misiles de largo alcance a los ucranianos y aceptado que ocho países europeos puedan enviarles cazas F-16, a pesar de su declarado temor a que un ataque en suelo ruso desencadene un conflicto mundial. También es consciente de que algunas de las «fantasías» de Zelenski se están cumpliendo como demuestran los ataques a las aldeas rusas de Bélgorod, de las que se están responsabilizando milicianos rusos alineados con Ucrania y opuestos a la guerra y el presidente Vladímir Putin.

Un Humvee estadounidense destruido tras una incursión en la región rusa de Bélgorod. Ministerio de Defensa ruso

Algunos expertos interpretan que la desconfianza es natural. Lo que está en juego puede determinar el futuro inmediato de la explosiva tensión ruso-occidental. Además, encaja dentro de la lógica de tratar con un hombre que «no es un político», sino un líder forzado a dirigir un país en guerra y, por lo tanto, sometido a un estado de estrés e incertidumbre continuo. Así lo indicaba un análisis de conflictos publicado hace unos mese en la prensa kievita: «Ni los compromisos ni las decisiones ni siquiera algunas medidas tomadas a posteriori pueden ser comparables el tipo de comportamiento clásico en una relación diplomática normal entre naciones», indicaba hace meses un estudio de análisis de conflictos.

Por otra parte, el marcaje a la Administración ucraniana también es el marcaje a las armas. Antes de la invasión, el país se encontraba en las antípodas de cualquier oportunidad de ingreso en la OTAN o la Unión Europea. Y, de hecho, pese a los buenos deseos y las calidas bienvenidas, la UE le ha impuesto un estricto listado de obligaciones a cumplir si quiere ser admitido entre los socios comunitarios, especialmente en el terreno de la corrupción y los derechos sociales.

El destino de las armas

Con esos antecedentes, las agencias internacionales tratan de seguir lo mejor que pueden el destino de los arsenales cedidos; una misión harto complicada en mitad de una guerra pero que ha permitido descubrir blindados americanos y armas belgas en las incursiones en suelo ruso. Tanto Washington como Bélgica han dejado claro a Kiev que no quieren ver más su armamento implicado en ese tipo de operaciones. Funcionarios ucranianos, por su parte, aseguran que el Ejecutivo de Zelenski se ha plegado a muchas de las condiciones militares impuestas por el Pentágono, lo que demostraría su buena voluntad de cara a recibir armás más contundentes.

Escape de gas producido por el sabotaje al Nord Stream en el mar Báltico. AFP

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido la creación de una comisión internacional que investigue la autoría del ataque contra la presa de Kajovka. La catástrofe ha coincidido con la aparición de nuevos informes secretos, según los cuales, EE UU estaba al tanto de un plan para sabotear el gasoducto Nord Stream orquestado por seis individuos bajo las órdenes de un alto mando militar ucraniano, el comandante en jefe de las fuerzas armadas Valeri Zaluzhni. Una de sus funciones sería mantener al margen de todo conocimiento de la operación a Zelenski.

Sin embargo, quién sí se enteró fue una agencia de espionaje europea, que alertó a la CIA en junio de 2022. Justo tres meses después, un atentado prácticamente calcado al plan ucraniano destruyó el conducto submarino encargado de transportar el gas ruso a Europa. Los documentos sacados a la luz por Teixeira podrían contribuir ahora a acelerar la resolución de uno de los misterios más largos de esta invasión. Cabe esperar que las incógnitas cernidas sobre el embalse de Kajovka tras su voladura este martes tarden menos tiempo en despejarse que las que rodearon la explosión del Nord Stream. Sobre todo si, como dicen los expertos en la materia, lo más normal es que los servicios militares de Inteligencia de varios países lleven largo tiempo monitorizando los movimientos de rusos y ucranianos en una infraestructura de una importancia vital para un país cuyo funcionamiento depende de los embalses.

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