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La expulsión de una diputada afín a Borràs desata la guerra interna en Junts Monday, 29 January 2024


Cristina Casol, la diputada que será destituida, denuncia al grupo parlamentario por presunto acoso y anuncia su intención de pasar al grupo mixto


Cristian Reino

Cristian Reino

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Lunes, 29 de enero 2024, 13:52

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La dirección de Junts no se ha andado este lunes con paños calientes y ha decidido expulsar del grupo parlamentario a una de sus diputadas autonómicas, Cristina Casol, del sector unilateralista afín a Laura Borràs. La decisión no unánime acordada por la ejecutiva abre en canal a la formación nacionalista, que mantiene una guerra interna desde hace tiempo entre los dos sectores mayoritarios. El partido cerró filas en torno a la negociación para la investidura de Sánchez y la posterior para la ley de amnistía, aunque la pugna entre facciones se mantenía larvada. La diputada denunció al grupo parlamentario de Junts de acoso por razón de género y discriminación. El Parlament abrió un expediente para investigar su caso y concluyó que no pudo probarse el acoso. Tras el dictamen de la Cámara catalana, Junts pidió a Casol que se apartara, pero se negó.

Desde que Carles Puigdemont abandonó la presidencia de la formación, los dos pesos pesados orgánicos del partido son Laura Borràs, presidenta del partido, y Jordi Turull, secretario general. Entre ambos luchan por el control de la formación. Unilateralistas contra los dirigentes que vienen de la antigua Convergència, que son más pragmáticos. Borràs ha perdido protagonismo desde que fue condenada a cuatro años y medio por prevaricación y falsedad documental. Hasta el punto que no intervino en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez ni forma parte del actual equipo negociador con los socialistas: Puigdemont, Turull, Nogueras. La dirección de Junts tenía sobre la mesa la petición de 26 de sus 32 diputados en la Cámara catalana para que Casol deje su acta de diputada.

Casol se niega a dejar su acta y ahora pasará al grupo mixto. Junts, en consecuencia, tendrá un grupo parlamentario de 31 diputados, uno menos. A efectos prácticos, en la aritmética parlamentaria, no tendrá consecuencias, toda vez que Junts está en la oposición desde hace más de un año. La decisión de expulsar a Casol se ha adoptado en una reunión muy tensa, en la que 29 miembros de la cúpula han votado a favor de echarla y 8, en contra. Borràs ha defendido que no expulsaran a la diputada de su corriente interna. La presidenta del partido, en su intervención en la ejecutiva, ha advertido al partido de que el cese de Casol acarreará consecuencias. La propia diputada, días atrás, alertó de que su cese puede ocasionar efectos traumáticos para la formación.

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Hace tiempo que el fantasma de la escisión sobrevuela la formación nacionalista. Por el caso Casol no se partirá el partido de Puigdemont. Pero la dirección tiene que ir con pies de plomo, pues aún tiene pendiente de resolver otro caso, el de Aurora Madaula, también del sector afín de Borràs, pero en su caso es aún más próxima a la expresidenta del Parlament. Madaula denunció públicamente a su partido por prácticas de violencia silenciosa. En la dirección postconvergente siempre han negado estas prácticas y han atribuido las denuncias a la pugna interna entre sectores. Su caso está pendiente, porque está de baja. El momento es muy delicado para los junteros, que se juegan su paz interna en pleno cambio de estrategia, tras apoyar la investidura de Pedro Sánchez y entrar de lleno en la ecuación de la gobernabilidad. Los dos sectores apoyaron la investidura de Sánchez, porque Puigdemont, líder moral del partido, cogió las riendas con mano de hierro y no permitió discrepancias

Los postconvergentes están en una situación delicada porque están aún sin candidato para las catalanas, a pesar de que el presidente de la Generalitat ya ha puesto toda la maquinaria electoral en marcha, aunque diga que los comicios serán en febrero de 2025. Los junteros aprietan a Carles Puigdemont para que sea su cabeza de cartel. Pero ni está claro que el expresident lo quiera, ni se sabe cuándo estará listo para ser candidato, dependiendo de la ley de amnistía. Los de Puigdemont tienen que evitar como sea una escisión, teniendo en cuenta que la ANC está lanzada a impulsar su propia lista electoral en las próximas autonómicas (a falta de la consulta interna), junto a Clara Ponsatí, y sus votantes procederán de Junts y de la abstención.

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