Are You New User

El ‘renacido’ teleférico de Vega de Pas será «el motor que active la comarca» Sunday, 28 April 2024

El alcalde, Juan Carlos García (PP), asegura que la futura instalación pondrá en marcha el potencial turístico del valle pasiego y ayudará a frenar la despoblación


Lucía Alcolea

Vega de Pas

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 28 de abril 2024, 02:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No va a ser construir el teleférico y que de repente 120.000 personas visiten la Vega de Pas. Hará falta un engranaje, la concurrencia de varias circunstancias concretas y las respuestas a varias preguntas. Por ejemplo, ¿a cuántos kilómetros estará el restaurante más cercano? ¿Qué impacto generará sobre el terreno el tránsito de cientos de miles de personas? ¿El de cientos de miles de ruedas de vehículos? ¿Cómo afectará la llegada de visitantes a los setecientos y pico seres que habitan la Vega de Pas? El proyecto del Mirador del Pas sobre el que se lleva hablando diez años -primero porque Ignacio Diego lo planteó, luego porque Miguel Ángel Revilla lo desestimó y ahora porque el Gobierno regional lo ha recuperado- no será llegar y besar el santo, «porque, cuando se intenta hacer todo a la vez, sale mal».

Lo dice el alcalde de Vega de Pas (PP), Juan Carlos García, que, además de edil y máximo defensor del proyecto desde hace años, es optometrista, ganadero y senador. Lo que viene a decir es que Vega de Pas es una perla en Cantabria, «que tiene muchísimo potencial por desarrollar» y que «la construcción del teleférico -asegura- será el motor que active el engranaje para convertir los 87 kilómetros y medio de territorio en uno de los activos turísticos de la región».

Juan Carlos García | Alcalde de Vega de Pas

Previsiones

«La creación de puestos de trabajo en torno a la instalación evitará la despoblación del territorio»

Rentabilidad

«Según los cálculos que hemos realizado, con llegar a 120.000 visitantes (la mitad de Fuente Dé), ya nos saldría rentable»

Todo, sin que los cientos de miles de visitantes irrumpan como un torbellino en la forma de vida de la gente. «Ofreciendo una oferta de calidad para un turismo de calidad -nada de pernoctar por veinte euros la noche-, construyendo en aquellos terrenos donde antes ya ha pasado la mano del hombre y sin herir la naturaleza virgen que es seña de identidad del valle». Y, según apunta, todo lo que pronostica que traerá el teleférico (creación de puestos de trabajo, asentamiento de empresas turísticas en el territorio, promoción a través de Cantur...) «evitará la despoblación» del valle. Y su desaparición.

El viaje con el alcalde en un todoterreno municipal comienza en la Plaza del Ayuntamiento. Conduce rodeando la ladera de la montaña como si pelara una manzana. Señala el edificio en ruinas de la fallida estación de Yera (una de las obras que fueron realizadas por presos durante el franquismo para el ferrocarril que iba a unir Santander con el Mediterráneo, pero nunca se llegó a utilizar) y explica que «va a ser un albergue con capacidad para sesenta personas». Otro proyecto distinto, pero que converge con este. En torno a la estación, hay cinco túneles (el famoso de siete kilómetros y otros más pequeños).

Imagen de Galeria
Dos de los cinco túneles que dan acceso a la fallida estación de La Engaña. Daniel Pedriza
Imagen de Galeria
El edificio en ruinas de la estación de Yera, que será un albergue. Daniel Pedriza
Imagen de Galeria
El alcalde señala la explanada en la que se construirá la estación inferior del teleférico. Daniel Pedriza

1 /

En el vehículo atraviesa dos. «Los turistas accederán al teleférico por las pistas, que tienen una anchura de doce metros y por los túneles». García quiere construir una especie de ferrocarril con vagones, como en la cueva del Soplao. «A nuestros pies está el río Ajan, uno de los más conocidos de España para practicar el barranquismo». Detiene el coche al llegar a una explanada, a pocos metros de otra construcción en ruinas: los antiguos barracones, donde dormían los presos. Los muros parecen haberse derretido por el paso del tiempo. En contraposición, las vistas desde ahí son impresionantes. El empujón del teleférico también servirá para «contar la historia de la estación y ofertar, al fin y al cabo, una experiencia».

Previsiones

Ha hecho sus cálculos el regidor. «La gente me dice: esto no es Liébana y tampoco lo pretendo. Tan solo con llegar a la mitad de visitantes que tiene Fuente Dé, que serían unos 120.000, ya nos saldría rentable el teleférico». Aquí, dice señalando una explanada junto al monte Brena, «iría la cabina inferior, con servicio de cafetería, luego dos torres y la superior», en las pestañas de la cordillera. Y alrededor, aparcamientos, viales recién acondicionados, restaurantes... Ahora, si uno se queda en silencio, tan solo se escuchan los pájaros.

Latest from

Ciencia y Salud

Contact