Un grupo de vecinos de Ajo se concentró este sábado para mostrar su oposición a la construcción de un camping en el centro del pueblo. Los asistentes mostraron su rechazo a la ubicación en la que se pretende levantar esta instalación turística, en la calle Peñas Altas, «una zona residencial, situada a 219 metros del Ayuntamiento».

Los residentes en este entorno conocieron hace unos días la existencia de este proyecto a través del Boletín Oficial de Cantabria (BOC). «La dirección general de Urbanismo ha sacado a información pública el expediente de solicitud de autorización y actualmente hay un plazo para la presentación de alegaciones». El camping, iniciativa de un particular, se pretende construir en terrenos de suelo rústico y tendrá una superficie de 25.000 metros cuadrados. «Está previsto que cuente con 86 parcelas y tendrá dos edificios independientes para servicios comunes».

Los residentes en la zona baja Peñas Altas se han organizado para preparar, con un abogado, una serie de alegaciones que enviarán a Urbanismo junto a las firmas que están recogiendo en el estanco. «El camping se quiere construir en una zona residencial con una vida tranquila. Supondrá un aumento del tráfico rodado y del nivel de ruido, así como coches mal aparcados en la zona porque el camping no va a tener suficientes plazas para estacionar», apunta Soledad Ruiz, vecina de esta calle. Una de sus principales reivindicaciones es que el proyecto se someta a un estudio de impacto medioambiental antes de que la Crotu emita su dictamen.

Plácido Ruiz, otro de los residentes, cree que la instalación implicará un cambio social de vida. «Nos vamos a ver desprotegidos. Son casi 90 bungalows, que suponen unas 450 personas más las visitas. Habrá un trajín de coches frente a nuestras casas, que va afectar a la vida social. Es suelo rústico, pero está pegado al casco urbano».

Los accesos al camping, apunta Soledad, deben tener conforme a normativa ocho metros de anchura y «algunos no lo van a cumplir. Y es que son varios los caminos que conducen al terreno donde irá la dotación. «Para algunos viales la propiedad cederá terreno para ampliarlos, pero tendrán que talar cuatro encinas», denuncia. Y en otros, se «generarán atascos y embotellamiento porque solo cabe un coche». Otra de las preocupaciones de estos vecinos es que la depuradora municipal carece de capacidad para dar servicio a tantas personas. «A día de hoy, los días que llueve sufrimos inundaciones, por lo que no lo vemos viable». Y es que, añade David Barrera, «los desagües no dan abasto con los que somos ahora». De hacerse realidad, sería el quinto camping en el municipio de Bareyo.

A la lista de perjuicios que causará la instalación suman el servicio de recogida de basuras. «En verano tenemos problemas porque se amontonan las bolsas en los contenedores y será un inconveniente más». «Me parece bien que se haga un camping, pero no lo queremos en una zona residencial que es muy tranquila», enfatiza Baltasar Cué, «Va a generar falta de aparcamientos, problemas con el saneamiento y el agua y masificación en verano. Creo que no es el sitio más adecuado, rodeado de casas. Lo veo mejor en la periferia, más aislado del casco urbano.

El pasado viernes, varios vecinos se reunieron con el alcalde de Bareyo, Pedro Prieto, para trasladarle su preocupación. El regidor a preguntas de este periódico señaló que no va a pronunciarse y esperará al informe de la Crotu,