Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós están retratados en la exposición que, como extensión del centenario de Franzen acoge la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hasta el 24 de septiembre. Es una muestra ‘de cámara’ con solo doce instantáneas de extraordinaria calidad y significación.

Formado en un estudio Copenhague, Franzen llegó a Madrid en 1890, con 26 años y el oficio bien aprendido. Se enamoró de la ciudad y sus gentes y comprendió que tenía más campo para su oficio que en otras ciudades europeas. En 1894 estableció su célebre Galería Fotográfica en la que armó la mejor colección de retratos de celebridades de su tiempo.

«Es sin duda el fotógrafo más importante de su época», reitera López Mondéjar, responsable de fotografía de la academia. «Hizo crónica palaciega, en salones, teatros, casinos y redacciones de diarios», precisa. «Fue testigo crucial de la vida, social y cultural», agrega ante una imagen en la que Pérez Galdós lee en un noble salón su discurso de ingreso en la Real Academia Española. Franzen fue también amigo de Emilia Pardo Bazán y de José María de Pereda, pero sobre todo del autor de los ‘Episodios Nacionales’ y del pintor Joaquín Sorolla, a quienes retrató infinidad de veces en tomas memorables.

«Del rey abajo lo hizo todo», resume López Mondéjar. Por el famoso ‘sillón de Franzen’ pasó el quién es quién de la Regencia. «Creo que la regente María Cristina se enamoró de sus fotos y del fotógrafo, de muy buena planta y más que atractivo para mujeres y hombres», dice el académico.

«Compuso un friso deslumbrante de la sociedad de su tiempo; nos permite entender la historia de la época y la propia historia de la fotografía española», resume López Mondéjar. Destaca de Franzen «su visión renovada, elegante y sabia». «Dominaba la iluminación en cualquier espacio. Se decía que no se empezaba una reunión hasta que llegara él. Era un mago del magnesio que lograba una iluminación perfecta y sin sombras, algo que no estaba al alcance de sus colegas».

’El rey de los fotógrafos y fotógrafo de reyes’ era el lema de Franzen. Murió en Madrid en septiembre de1923, pero su familia mantuvo abierto su estudio en la madrileña y céntrica calle del Príncipe hasta 1970. Su archivo y todo su material fue adquirido por Radiotelevisión Española, que conserva hoy más de 37.000 originales, digitalizados y accesibles en su página web (https://www.rtve.es/coleccion-christian-franzen/).

Las doce imágenes que se exhiben son copias hechas a partir de negativos de cristal de distintos archivos. Bellas Artes no pudo adquirir ninguna de las fotos de Franzen y las que expone son fruto de donaciones. «Somos menesterosos. No tenemos fondos. Todo lo que vemos son donaciones, en este caso de coleccionistas como José María Olmedo y Pedro Melero», dice López Mondéjar. Lamenta que «en este país los archivos se cuidan muy mal».

Está muy orgulloso de poder exponer en una vitrina casi todas las publicaciones en las que participó Franzen –álbumes, libros y revistas–, junto a heliograbados y platinotipias originales gracias a la generosidad de Pedro Melero, «dueño una fabulosa colección, la más copiosa y valiosa de España».

Le sucedieron en el estudio Paul y Mimí Franzen, primo e hija del fotógrafo, que lo mantuvieron activo hasta 1970. Meses después, RTVE adquirió su archivo. Se depositó en los sótanos de Prado del Rey, hasta que en 1984 los cientos de cajas de negativos de cristal se traspasaron a los almacenes de Arganda del Rey, expuestos durante años al deterioro y el olvido. «Cuando TVE anunció el final de la catalogación de sus negativos, algunos echaron de menos sus mejores trabajos, perdidos y arruinados tras largos años de indiferencia oficial», denuncia López Mondéjar.

Con motivo del primer centenario de su muerte en 2023, la Academia proyectó el documental ‘Un danés en la corte del rey Alfonso’ -dirigido por Carmen Bonet y producido por RTVE- y editó el sexto volumen de la colección Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.