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El negocio cripto tras Willyrex: cómo su fama sirvió para mover más de 2 millones de euros Friday, 14 July 2023

El 29 de mayo de 2022, el youtuber Willyrex publicaba un vídeo en su canal secundario (18,4 millones de suscriptores). En él, como decía desde el título, explicaba POR QUÉ TUS NFT, y los míos, SE FUERON A 0$. Era un contenido amargo. Tras más de un año defendiendo que los criptoactivos eran el futuro, el español afincado en Andorra debía aceptar la realidad. La ola del oro digital iniciada en 2020 se acababa y no había visos de una pronta recuperación. Como argumento optó por tirar de análisis que hablaban de un mercado aún en pañales y descompuesto por la cantidad de estafas y problemas que asolaban el ecosistema. De lo que no se hablaba es que durante los mejores meses del mercado, la relación de su marca con esta industria había sido la mar de rentable.

Su vídeo llegaba después de que Guillermo Díaz, nombre real de Willyrex, se hubiera convertido en el gran referente del mundo criptoinfluencer patrio. Él había conseguido colocarse como uno de los youtubers españoles (también uno de los símbolos de su marcha a Andorra) más importantes centrándose en el mundo del gaming, y encontró un filón con el tirón de los llamados juegos play to earn (videojuegos que cogían la tecnología cripto supuestamente para dar recompensas a sus jugadores). Pasó de grabarse jugando a Minecraft y firmar cómics para niños a hablar de cómo ganar mucho dinero con inversiones volátiles en los mismos espacios. Le llovieron miles de críticas, pero Díaz no cambió su paso y siguió con su defensa del sector e incluso sacó sus propios proyectos. Ahora, una investigación de El Confidencial ha encontrado que cuentas digitales conectadas con este creador captaron y movieron más de dos millones de euros en tókenes durante los mejores meses del mercado.

La nueva fiebre digital: hay gente regando plantas virtuales y alquilando Pokémon

La información recopilada para este reportaje es de fuentes públicas y rastreables por cualquier usuario a través de la Blockchain (la tecnología distribuida en la que se basa este mercado es abierta e inmutable, asemejándose a un libro de cuentas en el que todo queda grabado a perpetuidad y cualquiera puede consultar), pero por motivos de privacidad este medio ha preferido no dar todos los detalles sobre las billeteras encontradas. Normalmente, se conoce al mercado de las criptomonedas como una alternativa al sistema monetario tradicional más privada y anónima. Pero ese mantra ha ido disipándose en los últimos tiempos y en parte ha sido gracias a la actividad de algunos defensores del sector. Por ejemplo, la apuesta desmedida por los NFT (tókenes únicos y no fungibles), llevó a muchos usuarios a compartir en sus redes sus obras adquiridas, consiguiendo que las direcciones utilizadas por muchos entusiastas quedaran expuestas. Willyrex fue uno de ellos.

El youtuber no paró de compartir todo tipo de información sobre sus NFT y sus inversiones, haciendo posible ligar su nombre a una serie de wallets que, para mayor detalle, en algunos casos van firmadas con su nombre. Así, desde El Confidencial ha sido posible trazar una red sobre los libros de registro de las distintas cadenas de bloques que lleva a unas 20 cuentas con transacciones en todo tipo de cadenas, como Ethereum, Solana o Binance Smart Chain. Si se tira del hilo utilizando herramientas de inteligencia como Arkham Inteligence o Solscan es posible ver que la mayoría de esas wallets conectadas recibieron, y aún reciben, tókenes de proyectos que promocionó el propio Willyrex. Aunque solo en algunos casos el creador confesó cierta conexión empresarial.

Se trata en la mayoría de los casos de empresas minúsculas con poquísimo volumen y capitalización de mercado que Willyrex colocó como el probable futuro de los videojuegos y con las que la red de billeteras movió importantes cifras de dinero. Además, las monedas de casi todas las compañías mencionadas cayeron en picado poco después de que Díaz hablase de ellas. Su gráfica siempre se repite, una subida pronunciada al poco de salir a mercado y una caída aún más exagerada para no volverse a levantar. Por último, se puede ver que sus NFT, entre los que destacaron los Rude Golems, les dieron pingües beneficios.

Willyrex no es el único famoso con una historia similar. La última gran fiesta cripto colocó a cientos de creadores de contenido frente a El Dorado. De la noche a la mañana tenían llamando a su puerta un mercado lleno de dinero pero necesitado de promoción, buena imagen y contenido. Lo explotaron sin parar haciendo suya la narrativa millonaria y calentando el ambiente. Hasta que llego el criptoinvierno, cuando los usuarios pusieron el ojo sobre estos animadores de la fiesta y sus prácticas. Aún no se sabe cómo de conscientes eran los influencers de todo lo que se movía alrededor, pero en Estados Unidos, donde la legislación era más clara en relación con estos activos antes del gran boom (ahora España sí cuenta con una legislación sobre la publicidad de criptoactivos), famosos como Kim Kardashian, Tom Brady o Saquille O’Neal han sido demandados por sus promociones de FTX, acusados de hacerlo de forma oculta y sin avisar de los riesgos.

El asunto se sigue investigando y hace solo unos días el periódico The New York Times publicó que el propio Brady habría perdido cerca de 30 millones de dólares en acciones de FTX que la compañía le ofreció como parte del pago por sus promociones. También perdió otros 18 su pareja, la modelo Gisele Bündchen. Ambos se habían convertido en embajadores de la marca.

Fuera de los grandes nombres, el pago de los distintos proyectos a influencers en sus propias criptomonedas a cambio de promoción fue una práctica muy usual, convertidos esos criptoactivos en una suerte de acciones de las empresas promocionadas. Es algo que cuentan los detectives de Blockchain. Desde El Confidencial hemos contactado para esta investigación con algunos de estos usuarios que, utilizando el llamado análisis on-chain, se han especializado en rastrear las redes buscando posibles manipulaciones del mercado o información clave. En España no hay tantos casos de famosos que se entregaran al sector como en EEUU, pero el ejemplo de Willyrex y esta red ligada a él da una idea de cómo el mercado aprovechó la fama en la red en todo el mundo.

Díaz pasó de hacer contenido para un público muy joven (con juegos como Roblox o Minecraft) a crear clips de inversión de alto riesgo sin apenas avisarlo. Pese a que en los vídeos repite continuamente que no sabe nada de inversión, sus clips, revestidos de gameplays, acaban en mensajes de un referente que incentiva la compra de tókenes o NFT, que vende las bondades económicas de cada empresa y trata estrategias complejas como la inversión en rondas tempranas fuera de mercado. Así lo hizo hasta el 29 de enero de 2023, cuando en su canal dejó de lado este tema.

Desde El Confidencial hemos contactado con Willyrex para intentar recabar su versión, pero no hemos recibido respuesta al cierre de este artículo. En los últimos tiempos sus contenidos han ido virando sin una explicación al giro, pero ya que la tecnología Blockchain es inalterable, es posible seguir cronológicamente cómo funcionaron todas estas cuentas relacionadas con su trabajo mientras Willyrex hablaba maravillas del sector.

¿Qué dice la Blockchain?

La principal cuenta conectada con Willyrex, y la más antigua de la red, empieza a funcionar en febrero de 2021, comprando y vendiendo todo tipo de tókenes. Es una billetera verificada en plataformas como Opensea con el Twitter oficial de Willyrex, en la que acumula casi todos los NFT y la que Díaz muestra en casi todos sus vídeos. Crea depósitos en exchanges como Binance y sus movimientos no son muy raros, hasta octubre de 2021. En ese momento es cuando otra de las cuentas conectadas al creador recibe nada más iniciarse, más de un millón de tókenes de un proyecto llamado Coinracer. Es un pequeño juego de coches, simple y con muchos errores. Es algo que el propio Willyrex muestra en el vídeo JUEGO DE HABILIDAD QUE TE HARA GANAR! COINRACER, publicado días antes de que la cuenta reciba los tókenes y en el que habla de las bondades del desarrollo y de su apartado económico.

Según asegura el youtuber en el clip en el que no hace ninguna referencia a acuerdos económicos, es un juego con mucho potencial, un equipo serio y tiene una web muy trabajada. La wallet vende todos esos tókenes el segundo día en el que la moneda cotiza en abierto. Saca unos 21.000 dólares de la operación que acaba depositando en la billetera de Binance creada por la cuenta original conectada al youtuber. En realidad, la imagen del Díaz sí estuvo relacionada con la empresa, como se puede ver en vídeos de otros creadores, pero ya no hay rastro de la misma. El proyecto cerró y volvió a ponerse en marcha hace unos meses, mientras que la gráfica del token muestra que vivió un claro pump and dump (subida y caída del precio) en noviembre de 2021 (en las cuentas conectadas a Díaz ya no quedaba ni una moneda cuando eso ocurrió) y cayó sin parar hasta ahora. En su salida rondaba los 0,05 dólares por moneda, llegó a los 0,5 y ahora se mueve rondando los 0,00053.

Lo ocurrido sirve de molde, porque se repite de forma continuada con más de 10 proyectos. De ahí que muchos conocedores de este mercado acusen a Díaz de una práctica repetida por los influencers durante la fiebre cripto: shillear. Es un término traído del inglés y que básicamente define la acción de inflar las expectativas sobre un token con el objetivo de que su precio suba y el usuario que lo promociona pueda vender su bolsa de monedas por un precio más alto.

No se puede saber quién maneja las cuentas conectadas a Willyrex, pero hay algunos ejemplos muy llamativos si unimos sus contenidos con las billeteras. Uno de ellos llega con Arker The legend of Ohm, un proyecto cuyo único logro parecía un vídeo de un supuesto videojuego que en realidad era una plantilla de un motor de desarrollo. Willyrex lo tuiteó el 10 de diciembre de 2021 con la frase "empieza algo grande". Una de las cuentas conectadas al youtuber había recibido minutos antes del mensaje tókenes de la empresa por valor de 7.000 dólares. Unas monedas que manda a un depósito del exchange Kucoin minutos después del tuit y una hora después todas desaparecen en la casa de cambio.

En octubre de ese mismo año se puede ver otro movimiento similar. Ocurre con el token THG, de Tethan Arena. La cuenta verificada con el Twitter de Díaz compra monedas por valor de 13.000 dólares el 16 de octubre, el mismo día que el creador publica su primer vídeo sobre el juego. En el clip habla maravillas del proyecto, la cuenta vende su inversión 3 días después. El 4 de noviembre la misma billetera vuelve a comprar criptomonedas por un valor de 19.500 dólares, y las vende entre el 15 y el 27 de noviembre, un día después de publicar su último vídeo sobre el videojuego. Los 19.000 dólares invertidos los convierte en casi 40.000.

Desde finales de 2021 hasta mediados de 2022, la red de cuentas vive una actividad frenética, con cientos de movimientos. El montante más alto que reciben en una transacción es del proyecto Voxies, en diciembre de 2021, un proyecto del que Díaz habla mucho y del que es oficialmente nombrado como embajador en octubre de ese año. Una cuenta de la empresa envía un total de 120.000 tókenes, valorados en 344.000 dólares de una tacada. La relación continua hasta recibir casi 500.000 dólares en tókenes. Eso sí, cuando las cuentas venden las monedas (ahora no tiene ni una) el precio ha caído en picado y no llegan a esas cifras. El token, que salió por casi 4 dólares, cotiza ahora por 0,25.

Pese a que los movimientos de las billeteras coinciden con los pasos que va dando el youtuber en sus redes sociales, y en muchos casos se usa abiertamente su marca, no se puede saber a ciencia cierta quién maneja la red de billeteras, pues la Blockchain no permite confirmar esa relación. Pero los lazos son claros. Además de los ya citados, hay muchos más, como, por ejemplo, que la red de wallets recibe millones de tókenes de los proyectos españoles Metasoccer y Gamium (un proyecto invertido por Telefónica), de los cuales Willyrex es inversor oficial. Y también es posible ver que en la red se suman las monedas ganadas por las colecciones de NFT lanzadas por Willyrex y que reciben dinero directamente por las ventas y los royalties adheridos.

El negocio redondo de los NFT y sus ‘royalties’

Willyrex lanzó desde 2021 varias colecciones de NFT. Al igual que lo hicieron otros muchos famosos, el youtuber vio en esta opción una vía para vender merchandising digital, conectar con su comunidad y a la vez aprovechar su marca. Durante la fiebre de oro digital era rara la personalidad que no probaba suerte con esta idea. Díaz lo exprimió como pocos. Primero lanzó una con diseños del artista digital Zigor Samaniego y lo hizo en una plataforma, Mito, relacionada con uno de los fundadores de Vizz Agency, la agencia que lleva gran parte de la carrera del creador desde hace años. Luego hizo otra con diseños en 3D en Opensea y un acuerdo con Decentraland. La última, montada junto a varios famosos latinoamericanos, se convirtió en la más polémica: los Rude Golems.

El negocio tenía varias patas por las que sacar dinero. Primero, la venta primaria de las imágenes, pero también daba réditos por el porcentaje que se guardaba el creador o autor del NFT por cada venta incluso en mercados secundarios. La primera de las colecciones de Díaz no tenía royalties, pero sí las dos posteriores, de un 7,5% y un 5% respectivamente. Centrándonos en la primera, los resultados de la Blockchain muestran cómo las cuentas relacionadas con Willyrex recibieron unos 12.000 dólares en tókenes Matic, la moneda de la red en la que se comerciaba su colección. Se los envía el propio Zigor Samaniego tres días después de que saliera a la venta la colección (se vendió todo en minutos) a través de una de sus cuentas que él mismo muestra abiertamente. Él es el creador oficial de los NFT y el dinero que envía a las billeteras de la red proviene directamente de los beneficios de las ventas.

En el segundo de los casos, la cosa cambia. Son una especie de regalo de Willyrex a todos los que compraron su primera colección y se trata de una pequeña maleta con obsequios para sus seguidores que estos pueden utilizar como ropa en el metaverso de Decentraland. Hace 400 copias y lo anuncia en sus redes. Pero el obsequio tiene un pequeño detalle extra, si el usuario que recibe el presente prefiere venderlo que quedárselo, Díaz se lleva un 7,5% de comisión por cada transmisión. De todos modos, el movimiento no ofrece grandes beneficios. A día de hoy lo recibido en este concepto tiene una valoración de 425 dólares. El último ingreso llegó en mayo de este año, 0,70 centavos de una venta de 10 dólares.

El último se convirtió en el proyecto más polémico de Willyrex, y aún sigue coleando. Se unió con varios youtubers latinoamericanos para lanzar una colección NFT que debía convertirse en un videojuego. Pero a día de hoy, no hay rastro de ese desarrollo. Sus usuarios siguen a la espera de que el proyecto evolucione, pero, preguntados por este periódico, muchos creen que no se hará nada más. El propio Díaz, que era un entusiasta de Rude Golems, ha ido borrando poco a poco el rastro de estos muñecos 3D de sus redes, y ya no habla de ellos. De lo que queda constancia, eso sí, es del dinero que movió.

Las cuentas relacionadas directamente con Willyrex captan monedas Solana por valor de más de 130.000 dólares. Aunque al tratarse de una Blockchain diferente al resto, incluso con tecnología diferente, deja una red de cuentas diferente difícil de contabilizar. A través de los exploradores propios se puede ver que las billeteras del proyecto movieron varios millones de dólares y hubo algún momento curioso. El 30 de agosto de 2022, Willyrex anuncia que ha comprado varios NFT de la colección, unas compras que coinciden con lo que queda reflejado en su cuenta principal en Solana. Lo que no se comenta es que ese mismo día esa billetera había recibido 300 SOL, es decir unos 10.000 dólares, de una cuenta relacionada con uno de sus socios en Rude Golems. Su relación con este proyecto se va apagando y solo publica algunos mensajes hasta diciembre de 2022. No hay una sola mención a sus colecciones posterior a ese instante.


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