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Mañana llega un trozo del asteroide que amenaza con impactar la Tierra Saturday, 23 September 2023

La nave Osiris-Rex aterrizará el 24 de septiembre en el desierto de Utah, EEUU, con una excepcional carga en su interior: 250 gramos de arena y piedras recogidos del asteroide Bennu. Una muestra preciosa que será clave para el pasado y el futuro de la humanidad.

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Los científicos no saben qué se van a encontrar en el vientre de la bestia, que el pasado domingo realizó su última corrección de trayectoria para encarar la fase de aproximación final que le llevará a su destino final, una zona de aterrizaje de 58 kilómetros por 14 kilómetros en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah, propiedad del Departamento de Defensa norteamericano.

La superficie de Bennu puede parecer esponjosa pero crearía un cráter de 10 kilómetros en la Tierra y cientos de millones de muertos dependiendo de la zona de impacto (NASA).
La superficie de Bennu puede parecer esponjosa pero crearía un cráter de 10 kilómetros en la Tierra y cientos de millones de muertos dependiendo de la zona de impacto (NASA).

Sólo sabemos que esta muestra ofrecerá datos sobre la composición de uno de los objetos más antiguos del sistema solar, una información que podremos usar para realizar planes de defensa contra estos peligros espaciales y, quizás aún más importante, encontrar la respuesta a una de las grandes preguntas de la humanidad: el origen de la vida en la Tierra.

Qué es Osiris-Rex

La sonda espacial que ahora vuelve a casa es sólo una parte de una misión que ha costado 1.000 millones de dólares y que la NASA lanzó en septiembre de 2016 para estudiar dos de los mayores enemigos de la humanidad.

La nave nodriza Osiris. (NASA)
La nave nodriza Osiris. (NASA)

El primero es Bennu, un asteroide de 490 metros de ancho que sorprendió a los científicos en octubre 2020, cuando la nave nodriza lanzó un vehículo de recogida de muestras y descubrió que, lejos de ser un objeto duro, tenía una superficie esponjosa, más similar a una playa que a una gran roca. El vehículo Osiris-Rex emprendió su viaje de vuelta a la Tierra mientras la nave nodriza se ponía rumbo a Apophis, otro de los asteroides que tiene posibilidades de impactar contra la Tierra en el futuro lejano. Como Bennu, Apophis sólo causaría una destrucción localizada —con un cráter de unos diez kilómetros de diámetro y una área de destrucción de cientos de kilómetros— que resultaría en un invierno nuclear.

Si impactaran contra la Tierra, ninguno de los dos sería un evento de extinción, pero el daño sería enorme, pudiendo causar cientos de millones de muertos dependiendo del lugar del impacto.

La búsqueda del origen de la vida

Una nueva estimación de la trayectoria de Bennu basada en las observaciones de la nave principal de Osiris durante más de dos años, afirma que la posibilidad de impacto acumulado ha subido: Antes era de 1 entre 2.700 hasta el año 2300 pero ahora está en 1 entre 1.750. Los científicos consideran Bennu y al asteroide (29075) 1950 DA como los de mayor riesgo para la Tierra, con una ‘pequeña’ diferencia: El último mide más de un kilómetro de diámetro. Si chocara contra la Tierra, provocaría el fin de la humanidad a escala global, como se muestra en este vídeo:

Afortunadamente, ninguno de los dos representa un peligro inminente.

Después de que Osiris-Rex aterrice en Utah, científicos de todo el mundo podrán analizar muestras que serán catalogadas primero por los especialistas de la NASA en el Johnson Space Center en Houston, Texas.

Estas muestras de un asteroide que sabemos es rico en carbono podrán arrojar luz sobre los comienzos del sistema solar y, especialmente, el comienzo de la vida en la Tierra. Es posible que estos asteroides contengan los bloques necesarios para cerrar las moléculas que dieron lugar a los primeros organismos en la Tierra.


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