Hace cuatro años se hizo la luz para la conocida como ‘catedral de Miera’, la iglesia de Santa María de la Asunción. Fue gracias a un proyecto emprendido por la Asociación Cultural El Avellano que tenía como objetivo conseguir fondos para otorgar a su templo unas vidrieras acordes a esta joya del barroco con antecedentes góticos, que se construyó entre los siglos XVI y XVII. Los coloridos y originales cristales, elaborados por el artista vitral Tomás Saiz bajo el diseño de Alma Campuzano, lograron el reto de filtrar los rayos de sol para desterrar la lúgubre oscuridad del interior. Sin embargo, faltaba completar ese trabajo con mayor iluminación para los días nublados y las noches y poder así disfrutar de la bella iglesia en todo su esplendor. Algo en lo que se están afanando estos días los técnicos con la colocación de focos de cara a la celebración de la Asunción de mañana, martes.

Como no podía ser de otra manera, los mecenas que hay empujando detrás de esta nueva iniciativa para hacer relucir la ‘catedral de Miera’ son los 200 integrantes que conforman la Asociación Cultural El Avellano. Todos ellos vecinos del pueblo o bien oriundos del mismo que ya no residen en él pero que nunca cortaron sus raíces, y que han remado unidos para que el templo esté dotado de un sistema de iluminación acorde a su simbología, importancia histórica y relevancia para los merachos. La inversión total ha supuesto un desembolso de 12.000 euros, para lo que también han contado con una importante ayuda de la parroquia.

El proyecto se está acometiendo contra reloj durante estos días, trabajando a destajo con la intención de tenerlo todo rematado y listo para mañana, que, como marca la tradición, tendrá lugar la celebración de la Asunción. La misa será a las 12.00 horas. Además, esta vez los feligreses no sólo encontrarán un templo con más luz que nunca en sus cinco siglos de historia, también, de cara al día grande, estas últimas jornadas se ha llevado a cabo una restauración del carro con el que se transporta a la virgen durante la breve y tradicional procesión que tiene lugar antes de comenzar la eucaristía.

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Los 12.000 euros de inversión se han destinado tanto a la colocación de los más de 30 focos interiores que se están instalado como al arreglo del carro. La mayor parte de los fondos, además de la aportación recibida por parte de la parroquia, la Asociación los obtiene de la venta de lotería que destina, además de a este tipo de proyectos para la conservación del patrimonio, a distintas actividades para dinamizar el pueblo. Por el momento, el grupo todavía no ha establecido el rumbo a seguir en su siguiente gran meta −por ejemplo, hace algún tiempo arreglaron el entorno de la iglesia y dos retablos que quedaban por rehabilitar−, pero ya hablan incluso de impulsar un museo. Todavía está por ver con qué sorprenden.

Lo que ya prácticamente es una realidad es la nueva iluminación artística. El espacio arquitectónico requería de un sistema de luz que sirviera para completar lo logrado con las vidrieras instaladas en 2019 y dar uniformidad al interior, dispuesto en naves de la misma altura, así como resaltar aquellos elementos que destacan por su interés artístico y su contribución a crear un espacio simbólico que favorezca su función litúrgica. Dichos elementos son los tres retablos barrocos de la cabecera, destacando en el retablo mayor la imagen de la virgen sedente gótica, así como los dos laterales. Asimismo, con los focos se confiere protagonismo a las pintura de las bóvedas del ábside y de la nave central, que son escasas y singulares en Cantabria.