El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal y la Consejería de Turismo del Gobierno de Cantabria abordarán al fin la forma de proteger el bosque de las secuoyas con el objetivo de frenar el deterioro que viene sufriendo el monumento natural como consecuencia de la masiva afluencia de visitantes. El acuerdo es fruto de la reunión mantenida entre el alcalde, Óscar López, y la consejera de Turismo, Cultura y Deporte, Eva Guillermina Fernández, quien se ha mostrado dispuesta a colaborar para encontrar una solución. En este sentido, el regidor plantea estudiar la viabilidad de «construir una pasarela elevada de madera que recorra el territorio natural -ya existe una plataforma similar adaptada para acceder al núcleo de la masa arbórea-, de manera que los visitantes no tengan acceso directo a los árboles». De paso, se evitaría la erosión del suelo, que ya es palpable tras las miles de personas que atraviesan el bosque a lo largo del año.

Sin embargo, antes el Consistorio y la Consejería de Medio Ambiente tendrían que informarse sobre la posibilidad de acometer semejante actuación, «ya que el bosque forma parte de la red de Espacios Protegidos de Cantabria», y realizar un informe técnico jurídico de viabilidad. A su vez, López proyecta controlar la entrada al recinto, que permanece abierto todo el día y el acceso es totalmente libre. «Queremos evitar que alguien entre, se encierra un cigarro y prenda, por poner un ejemplo», ha especificado. Sobre la manera de limitar la entrada, «veremos se realiza a través de una empresa pública o privada», ha dicho el alcalde. Aunque la propuesta está sin madurar, ya se ha puesto sobre la mesa la apremiante necesidad de proteger el recurso natural por excelencia de la zona Occidental. De hecho, el alcalde ha asegurado que «en lo que va de año, han visitado el parque en torno a 200.000 personas».