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¿Beber agua ayuda a perder peso? Thursday, 31 August 2023


Si alguna vez has tratado de perder peso, es más que probable que hayas oído aquello de que es fundamental beber mucho agua. Algunos consejos que pueden verse en internet hablan hasta de cuatro litros, alegando que ayuda a quemar calorías y reducir el apetito, lo que a su vez conduce a la pérdida de peso.

Sin embargo y lamentándolo mucho, hay poca evidencia que respalde estas afirmaciones.

Mito 1: el agua ayuda a quemar calorías

Según cuenta Science Alert, un pequeño estudio con 14 adultos jóvenes descubrió que beber 500 ml de agua aumentaba el gasto energético en reposo (la cantidad de calorías que nuestro cuerpo quema antes del ejercicio) en aproximadamente un 24%. Si bien esto puede parecer fantástico, este efecto sólo duró una hora. Y no se traduciría en ninguna gran diferencia. Para un adulto promedio de 70 kg, solo consumiría 20 calorías adicionales (un cuarto de galleta) por cada 500 ml de agua que bebiera.

Aunque científicamente podría ser posible, el aumento neto real de calorías quemadas es minúsculo

Otro estudio de ocho adultos jóvenes sólo observó un aumento en el gasto de energía cuando el agua estaba fría en la nevera. Esto puede deberse a que el cuerpo necesita usar más energía para llevar el agua a la temperatura corporal, o porque requiere más energía para que el cuerpo filtre el mayor volumen de líquido a través de los riñones. Y nuevamente, este efecto sólo se observó durante aproximadamente una hora.

Foto: Fuente: iStock
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Entonces, aunque científicamente podría ser posible, el aumento neto real de calorías quemadas es minúsculo. Por ejemplo, incluso si bebieras 1,5 litros adicionales de agua por día, ahorrarías menos calorías de las que consumiría con una rebanada de pan. También vale la pena señalar que toda esta investigación se realizó en adultos jóvenes sanos. Se necesita más investigación para ver si este efecto también se observa en otros grupos (como los adultos de mediana edad y mayores).

Mito 2: el agua con las comidas reduce el apetito

Esta afirmación nuevamente parece sensata, ya que si tu estómago está al menos parcialmente lleno de agua, hay menos espacio para la comida, por lo que terminas comiendo menos. De hecho, varios estudios respaldan esto, particularmente aquellos realizados en adultos. También es una de las razones por las que a las personas que no se encuentran bien o tienen poco apetito se les recomienda no beber antes de comer, ya que esto puede provocar que coman menos.

Es natural pensar que si tu estómago está al menos parcialmente lleno de agua, hay menos espacio para la comida, por lo que terminas comiendo menos

Pero para las personas que buscan perder peso, es un poco más complejo. De nuevo otro estudio mostró que los adultos de mediana edad y mayores perdieron dos kilos durante un período de 12 semanas cuando bebieron agua antes de las comidas en comparación con las personas que no bebieron agua durante. Por otro lado, los participantes más jóvenes (de 21 a 35 años) no perdieron peso, independientemente de si bebieron agua antes de la comida o no.

Sin embargo, el estudio pudo no ser del todo neutral porque los participantes podrían haberse dado cuenta de por qué debían beber agua antes de comer, lo que quizá llevó a que algunos de ellos cambiaran intencionalmente la cantidad que comían, con la esperanza de que pudiera aumentar sus cambios en la pérdida de peso. Aunque esto no explica por qué el efecto no se observó en los adultos jóvenes. Se necesitan, por tanto, más investigaciones al respecto antes de concluir algo.

Aunque el agua podría tener algunos efectos que reducen el apetito, posiblemente la pérdida de peso se deba a cambios conscientes en la dieta

Entonces, aunque el agua podría tener algunos efectos que reducen el apetito, parece que podría no resultar en una pérdida de peso, y posiblemente se deba más a llevar a cabo cambios conscientes en su dieta.

Sólo el agua no es suficiente

En definitiva, hay una razón bastante buena por la que el agua por sí sola no es capaz de regular el apetito: si fuera así, los humanos prehistóricos podrían haber muerto de hambre. Pero si bien el apetito y la saciedad (sentirse lleno y no querer volver a comer) no están perfectamente alineados con la capacidad de perder peso, podría ser un punto de partida útil.

Parte de lo que nos ayuda a sentirnos llenos es nuestro estómago. Cuando la comida ingresa al estómago, activa receptores de estiramiento que a su vez conducen a la liberación de hormonas que nos indican que estamos llenos. Pero como el agua es un líquido, nuestro estómago la vacía rápidamente, lo que significa que en realidad no nos llena. Aún más interesante es que, debido a la forma del estómago , los líquidos pueden evitar cualquier contenido de alimento semisólido que se digiera en la parte inferior del estómago.

Cuando la comida ingresa al estómago, activa receptores de estiramiento que a su vez conducen a la liberación de hormonas que nos indican que estamos llenos

Si estás intentando comer menos y perder peso, beber grandes cantidades de agua podría no ser la solución. Eso sí: las sopas sí que podrían retrasar la rapidez con la que el estómago vacía su contenido, lo que significa que te sientes lleno por más tiempo.

Y, si bien es posible que el agua no ayude a perder peso, sí que es la bebida más saludable cuando ese es nuestro deseo. Cambiar las bebidas altas en calorías, como los refrescos y el alcohol, por agua puede ser una manera fácil de reducir las calorías que se consumen diariamente, lo que ayudaría a perder peso.

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