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«Cuando la inteligencia artificial pueda sentir, se acabó» Monday, 01 April 2024


Celebra con diez imágenes de gran formato el ‘renacimiento’ del Museo Arqueológico Nacional hace ahora una década


Miguel Lorenci

Miguel Lorenci

Madrid

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Lunes, 1 de abril 2024, 16:50

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En 2014 el Museo Arqueológico Nacional (MAN) se transformó radicalmente y asaltó la modernidad gracias a una formidable remodelación integral: arquitectónica, museográfica y conceptual, Una década después la casa de las dama de Elche y de Baza celebra su feliz ‘renacimiento’ con una serie de actos y exposiciones. La primera de las cinco muestras que programa con motivo de su cumpleaños es fruto del encargo al fotógrafo José Manuel Ballester (Madrid, 1960) para resumir esta nueva era del museo. Y lo ha hecho en muy pocas instantáneas con la muestra ‘10 años, 10 imágenes’, en cartel hasta el 29 de septiembre y que desvela «otras caras del museo».

«He querido mostrar su trastienda, lo que no se ve, junto a algunas de las piezas que no son tan famosas como la Dama de Elche», se justifica el fotógrafo que ha retratado algunos de las piezas espacios menos conocidos del histórico edificio para desvelar sus acciones educativas, las tareas de conservación e investigación, los espacios de trabajo y estudio junto a las colecciones del museo.

Mascara egipcia datada entre el siglo II a.C y el II d.C. Lino, estuco pan de oro y pintura.
Mascara egipcia datada entre el siglo II a.C y el II d.C. Lino, estuco pan de oro y pintura. José Manuel Ballester

Ballester ha repartido sus fotos por el interior y el exterior del centenario y remozado edificio, colgando en su verja histórica, en su jardín o en el área de acogida estas grandes imágenes realizadas con las técnicas más sofisticadas. Es un mago de la tecnología, pero tiene dudas sobre los últimos avances. «Mientras la inteligencia artificial no tenga voluntad propia, mientras no tenga sentimientos estamos bien. Ahora aprende cómo sentimos y nuestras emociones, pero cuando pueda sentir, se acabó», vaticina el fotógrafo. Hasta ahora cree que la IA «es una potente herramienta» que le ayuda «como tantas otras» a contar lo que quiere.

Desafíos

«Todas las herramientas que utiliza el ser humano para crear, y ahora las aplicaciones digitales, tienen cosas buenas y malas. Una tecnología tan poderosa como la IA genera tantos desafíos como ventajas», dice Ballester, que celebra usos «como reconstruir palacios o cuadros perdidos» pero duda de futuras aplicaciones.

A esta exposición le sucederá ‘CONVIVIUM. Arqueología de la dieta mediterránea’. Una obra invitada Antonio López -’Vista de Madrid’- con el edificio del MAN cedida por la colección BBVA, será la tercera. ‘Entre caos y cosmos’ analizará en la cuarta muestra la naturaleza en la antigua Grecia. Se cerrará el programa con otra pieza invitada, ‘Statua di pugilatore’, cedida por Mont’e Prama, del Museo Arqueológico de Cabras (Cerdeña).

Detalle de ‘Historias que contar’, foto de 7 por 3,2 metros.
Detalle de ‘Historias que contar’, foto de 7 por 3,2 metros. José Manuel Ballester

Ballester realizó más de un millar de fotografías para elegir las diez que muestran el envés del museo público, su función pedagógica, su biblioteca o sus talleres. Ha trabajado con una máquina ‘Phase One’ de última generación, un sofisticado aparato que cuesta unos 40.000 euros y que permite trabajos de altísima definición y peso, por encima de los 150 megapíxeles y los 20 gigas, que se pueden imprimir en enormes formatos.

Ha eludido «deliberadamente» fotografiar la pieza estelar del museo. «No hacía falta sacar a la Dama de Elche. Quería destacar otras piezas y dar visibilidad a otras no tan populares. Se trataba de «quitar el velo de cristal» que protege a muchas obras y mostrar todo lo que encierra un museo «lleno de historias que contar, además de conservar y exponer. Ballesteros ha titulado así, ‘Historias que contar’, a la más grande de las diez fotos, de 7 por 3,20 metros y que es un escaparate de piezas icónicas. Entre ellas dos máscaras egipcias, la llamada ‘bicha’ de Balazote (Albacete), el tesoro de Guarrazar (Toledo), terracotas púnicas, la esfinge ibérica de Agost (Alicante) o una vitrina con cerámicas griegas.

Rigor y fantasía

«He querido casar rigor y fantasía, que es lo que hace el museo: permite imaginar el pasado a raíz de lo que ves», dice el fotógrafo que se formó como pintor, que aún pinta y que se sirve de elementos pictóricos para sus fotos. «La fotografía, como la pintura, es una mentira muy verdadera. Tienen algo de verdad, pero no deja de ser una interpretación. La realidad es la más perfecta de las ficciones y cada individuo tiene su propia realidad, fruto de una ficción que podemos compartir» señala.

Tesoro de Guarrazar, siglo VII. Piezas de oro , cobre, gemas, perlas, cristal de roca y vidrio halladas en este pueblo toledano.
Tesoro de Guarrazar, siglo VII. Piezas de oro , cobre, gemas, perlas, cristal de roca y vidrio halladas en este pueblo toledano. José Manuel Ballester

No siempre trabaja Ballester en grandes formatos. Ahora está con unas miniaturas del ‘trecento’ y del ‘quattrocento’ italiano, sobre las ilustraciones de Giovanni Paolo para la ‘Divina Comedia’. «Tengo otro proyecto que se llamará ‘Variaciones sobre un tema’. Serán 50 imágenes del mismo objeto tratados con todas las técnicas que ha conocido la fotografía, del daguerrotipo a las placas de vidrio pasando por el negativo y la imagen digital» avanza.

En 1866 se colocó la primera piedra de este edificio diseñado por Francisco Jareño y Quevedo que en sus casi 160 años de historia ha sufrido diversas remodelaciones parciales. Con la última , que exigió una inversión de 65 millones de euros, el edificio incrementó su superficie útil y mejoró su circulaciones y comunicaciones. Con 23.303 metros cuadrados de superficie útil, cerca de 10.000 metros se dedican a a exposición, con 40 salas repartidas en cuatro plantas en las que se exponen casi 13.000 bienes del millón y medio de piezas que atesora y que recorre casi un millón de años, de Atapuerca a la revolución industrial.

Laboratorio del restauracion del MAN.
Laboratorio del restauracion del MAN. José Manuel Ballester

En la última década ha rozado los cinco millones de visitantes -medio millón de personas al año- con 22 exposiciones temporales y casi dos mil piezas en depósito en otras instituciones españolas e internacionales.

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