Si estás a punto de llegar a la cuarentena, lo más probable es que no las tengas todas contigo. Sí, desengáñate por fin: ya no eres joven y nunca lo serás, el tiempo jugará en tu contra, de ahora en adelante todo serán achaques, malos humores y la sensación de que, como decía el poeta, "envejecer, morir, es el único argumento de la obra". Qué decepción. Cuánta tristeza. No se puede hacer nada contra el imparable paso del tiempo y sus efectos en el organismo.

Sin embargo, tan solo basta un buen argumento para alegrarte: menos mal que has conseguido llegar sano y salvo (tanto a nivel físico y mental) hasta aquí. Hace más de un siglo, la esperanza de vida media de la población no llegaba a las cuatro decenas. Y, por otro lado, son muchas las cosas aprendidas por el camino y que seguramente te habría gustado saber con anterioridad. Cada edad tiene su punto, y los 40 no son la excepción, a pesar de certificar la entrada en la mediana edad y todo lo que eso conlleva: el envejecimiento imparable, la disminución de las fuerzas físicas y mentales o la cercanía cada vez más latente de la muerte.

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"Nuestra narrativa social sobre el envejecimiento no se basa en la ciencia, sino en prejuicios", asegura Daniel Levitin, profesor de neurociencia de la Universidad McGill, en un reciente artículo de The Guardian que refuta la idea de que este proceso vital sea algo negativo. "Al contrario de lo que se cree, nunca dejamos de aprender cosas nuevas o desarrollar nuevas conexiones cerebrales". Es por ello que, en muchas ocasiones, puede más la creencia de que ya no somos tan capaces de hacer las cosas o sorprendernos con alguna nueva tarea o disciplina, que nuestras capacidades reales en sí, las cuales permanecen intactas.

La edad dorada de la inteligencia

Hay muchos retos que puedes lograr desde los cuarenta hacia delante. El rotativo británico anteriormente mencionado ha reunido algunos estudios para demostrar que en absoluto tener 40 años te predispone a unas peores habilidades físicas o cognitivas; y que, de hecho, son muchas las ventajas que posees con respecto a los más jóvenes. Por ejemplo, en el caso de tu capacidad cerebral, un estudio que analizó más de 1,6 millones de movimientos en 24.000 partidas de ajedrez resolvió que el apogeo de los mejores jugadores estaba en torno a los 40 años, con una disminución significativa en los 45. El motivo que les llevó al éxito fue "el entrenamiento y la acumulación de experiencia", lo que sin duda resulta en su provecho frente a los rivales más noveles.

¿Correr una maratón?

Aunque no lo creas, también las cualidades físicas se mantienen e, incluso, si te has encargado de entrenar, se pueden mejorar. Si eres un aficionado al running y te gusta competir, has de saber que un estudio publicado en 2020 halló que en las maratones, las mujeres alcanzaban su punto álgido entre los 40 y 44 años y los hombres entre los 45 y los 49. Parece que efectivamente hay una relación entre la longitud del recorrido de la carrera y los años: cuanto más larga está la meta, más se rinde físicamente en una marcha continua.

No sabemos si más felices

Pero no todo se basa en tener la mente fresca para razonar y el cuerpo a punto para poder realizar grandes gestas deportivas. También importa la salud mental, algo que por desgracia se puede resentir a ciertas edades al ir disminuyendo nuestras ganas de socializar o enfocarnos tanto en el trabajo y el cuidado de los hijos, lo que redundará en un mayor sentimiento de soledad conforme vamos ganando en edad.

La disminución de prejuicios, la bajada de las expectativas o la propia adquisición de habilidades pueden jugar a favor en la vida sexual

Sin embargo, una investigación de 2020 halló que factores tan cruciales en la salud mental como la autoestima aumentaban desde la adolescencia hasta la vejez. El estudio procedía de Japón, un país que no está dentro de la cultura occidental y con una cultura mucho más humilde, por lo que tampoco podríamos extrapolar los resultados a nuestra sociedad. Ello no quita para que, si vas a cumplir 40 años, prestes especial atención a este apartado de tu salud, acudiendo a consulta psicológica siempre que sea necesario.

¿Y más satisfechos sexualmente?

Otro de los mayores condicionantes para gozar de una buena calidad de vida es el factor de la satisfacción sexual. Normalmente, tenemos asimilado que la sexualidad solo pertenece a los jóvenes, pero lo cierto es que la experiencia suma muchos puntos en este sentido. Son varios los estudios que confirman que cuanto más mayores somos, más disfrutamos en la cama, tal vez por la disminución de prejuicios, la bajada de las expectativas o la propia adquisición de habilidades y estrategias dedicadas a ofrecer placer a otras personas. Lo que podríamos llamar como "sabiduría sexual".

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Aunque también aparece otro enemigo, que es una peor percepción corporal o menor satisfacción con el propio cuerpo. Una traba que se resuelve rápido debido a que podemos empatizar con otras personas de nuestra edad sobre la aparición de las arrugas o de la acumulación de grasa en determinadas partes de nuestro organismo. Al fin y al cabo, el envejecimiento progresivo tiene algo positivo en este sentido, y es que a todo el mundo le pasa factura, por lo que no deberíamos sentirnos fuera de lugar o que nuestro caso es especial: no, todos estamos en el mismo barco.