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Una ruta para ver la mejor postal de Picos de Europa Wednesday, 24 April 2024


Desde Potes podemos subir el puerto de San Glorio, desde donde tomaremos perspectiva del valle. Una vez arriba, si nos quedan fuerzas, tenemos el collado de Llesba


Julia Fernández

Julia Fernández

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Miércoles, 24 de abril 2024, 15:23

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Potes está enclavado entre montañas. Es la capital de los Picos de Europa en Cantabria y, por tanto, siempre tiene trajín de gente aficionada a la montaña. Pero desde hace unos años también atrae a muchos aficionados a las dos ruedas. Contribuye a ello que de allí sale y allí llega una de las grandes cicloturistas de la región, La Cantabrona. El caso es que al estar rodeada de montañas, siempre encuentras una carretera bonita y empinada que hacer en dos ruedas.

Esta ruta es una de las más sencillas que se pueden hacer, pero no vamos a decir fácil. Se trata de subir al puerto de San Glorio desde el pueblo. Son nada menos que 26 kilómetros con una pedinete media cercana al 5%. Es asequible para todo el mundo, pero si no se está muy entrenado, conviene tener paciencia porque nos llevará un rato llegar arriba del todo.

El tramo más complicado o más duro está entre el kilómetro 10 y el 16. A partir del caserío, donde no hay empadronados más de diez vecinos, se suceden las rampas fuertes. La primera es del 10%, igual que la segunda, que está pasado el pueblo de Bores. Un par de kilómetros después, en el desvío hacia Dobárganes, hay otras tres seguidas del 10 y del 11%. Pasado este momento, la pendiente se vuelve a suavizar y nos permite recuperar el resuello.

En bici

En bici
  • Distancia 28,5 km.

  • Pendiente media 4,85%.

  • Desnivel 1382 m+.

  • Pendiente máxima 13%.

Suele ser un puerto que conviene hacer sin viento puesto que una vez estamos bastante arriba, si sopla de cara nos va a poner las cosas algo difíciles. En la última curva de herradura que nos encontramos, si vamos muy justos, tenemos una excusa para parar: el mirador del Corzo, donde podremos disfrutar de las vistas. La estampa del valle desde alli es espléndida.

De ahí a la cima apenas queda nada, aunque podemos alargarlo si nos atrevemos a subir la collada del Llesba. Se trata de una pista asfaltada que encontraremos nada más coronar a la derecha. En apenas dos kilómetros llegaremos a su final, pero ojo porque engaña. En esos 2.000 metros hay cuatro rampas de entre el 11 y el 13%. Ahora bien, una vez se acaba el asfalto es el lugar perfecto para disfrutar de un refrigerio contemplando las grandes cumbres de Picos de Europa. De postal.

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