Cuando creas que has tocado fondo, siempre se puede escarbar. Este es el resumen rápido de Almuerzo en el café Gotham , el relato que Stephen King publicó en 1995 y que hace unos meses rescató la editorial Nórdica con las geniales ilustraciones de Javier Olivares. El protagonista es un tipo que un día llega a su casa y se encuentra con una nota de su mujer en la que dice que le ha dejado. De un día para otro, como sucede con las noticias que te cambian la vida. La primera decisión que toma quizá no es la más buena, como ya decían en Aterriza como puedas: dejar de fumar.

Al tipo, por supuesto, le entra un fuerte mono de nicotina, lo cual se junta con el duelo por la pérdida de su mujer. En tal nebulosa recibe la invitación del abogado de ella para poner orden en los papeles del divorcio. Quedan en el café Gotham —un lugar muy cuqui de Nueva York—, le recibe un extraño camarero y ahí empieza el verdadero horror.

Porque esto es un relato de terror sangriento en el que todo se acaba disparatando. Y que, por momentos, puedes sentir el mismo miedo que el tipo que, en realidad, solo ansía un cigarro y que su mujer vuelva con él (como si todo eso fuera poca cosa). Al mismo tiempo, una se pregunta hasta qué punto esa marcianada que está ocurriendo es verdad.

La genialidad de King no camina esta vez sola y se apoya en el andamiaje que aporta el ilustrador Javier Olivares. Otro genio.