Se trata de la primera mujer y la primera profesional de fuera del País Vasco en alcanzar la máxima representación de una asociación fundada en 1986 por los históricos chefs Paul Bocuse, Pierre Romeyer, Juan Mari Arzak y Pedro Subijana y que hoy suma más de 3.500 cocineros en 18 países. «Desde mis años de formación junto a Hilario Arbelaitz, llevar la chaquetilla de Eurotoques era un motivo de orgullo, como jugar en otra liga», reconocía De Castro emocionada ante sus compañeros de profesión, que la han aupado a la presidencia por unanimidad.

Con una estrella Michelin, una estrella verde a la sostenibilidad y tres soles en la guía Repsol, Maca de Castro es probablemente la figura más destacada de la cocina balear y una de las más prominentes de la cocina española. Nació en 1981 en el Puerto de la Alcudia, donde regenta su restaurante homónimo, un negocio familiar fundado por sus padres y su hermano con el nombre de El Jardín que ella ha transformado profundamente hasta convertirlo en un referente de la cocina de vanguardia.

Se formó junto a algunos de los profesionales más influyentes del panorama nacional e internacional, desde los mencionados Arbelaitz, Arzak y Aduriz hasta el neoyorquino Willy Dufresne o el universal Ferran Adrià. Lo aprendido le sirvió para, al volver a casa, depurar un estilo propio, indisoluble del paisaje mallorquín. Su propuesta gastronómica se basa en la investigación concienzuda de los productos y las elaboraciones tradicionales de su entorno más cercano, con los que se propone documentar la riqueza culinaria de Mallorca.

De hecho, cuando se le pregunta por la inspiración de un plato, suele responder refiriéndose a alguna conversación con payeses, pescadores o viticultores. Esa manera de entender el oficio de cocinero como portavoz de toda la cadena de producción alimentaria es la que quiere aplicar ahora a su papel en Eurotoques España. «Es hora de poner el foco en las personas y de ir más allá de las estrellas», aseguraba en sus primeras palabras como presidenta. La asociación, que engloba a más de 800 profesionales de primer nivel en todo el país, tiene ante si retos acuciantes como «la dificultad para hacer equipos, la adaptación a un cliente cambiante o el alza de los precios». Su receta pasa por «estar unidos, seguir haciendo grande la asociación y poner en foco en las regiones que no están tan visibles».